La parroquia de Lindín tiene a sus espaldas el peligroso tramo de la A-8 donde ocurrió el accidente del pasado 26 de julio con 50 coches implicados y una fallecida. Los vecinos ya auguraban, durante su construcción, los problemas que la niebla, el viento y las heladas podrían ocasionar en este vial.
la fotografía de Lindín, una parroquia que se levanta a más de 400 metros sobre el valle de Mondoñedo, cambió hace unos años. El decorado, además de tierra cultivable y ganadería, montañas y aerogeneradores, tuvo como figurantes a grandes grúas, camiones y peones, que trabajaban en la construcción de la A-8 en el enrevesado tramo entre Mondoñedo y Abadín. El paisaje mudó hace ocho meses, cuando se abrió la autovía, y camiones y coches surcaban el asfalto, dirección la Costa o, en sentido contrario, directos al corazón de Galicia. Pero después de casi un mes del accidente que se llevó la vida de una mujer, dejó a unas cuantas decenas de heridos, y provocó una situación caótica en este tramo de la autovía, los vecinos de esta parroquia recuerdan como ya auguraban un futuro incierto para esta carretera cuando estaba en pleno montaje. «Xa o decía eu», afirma Remedios Leivas.
La niebla está siendo el
