Womenomics

LA PARTICIPACIÓN masiva de la mujer en el mercado laboral y en la toma de decisiones económicas podría hacer incrementar el crecimiento económico hasta en un 34 por ciento.

No es que lo diga yo, lo dice nada menos que el FMI en uno de sus últimos informes.

En el documento, el FMI asegura que una participación paritaria o equitativa de las mujeres en la economía podría generar ese incremento ya que -según afirman- «hay amplias evidencias que demuestran que si las mujeres pudieran desarrollar todo su potencial en el mercado laboral habría significativas ganancias macroeconómicas».

Más aún, el FMI asegura que el incremento del número de mujeres en la economía permitiría compensar la caída de la población activa, producto del envejecimiento en los países desarrollados. De hecho, son muchos los expertos que aseguran que el verdadero problema para mantener en el futuro nuestro sistema de pensiones es la baja natalidad. En España, la tasa de fertilidad, es decir, el número de hijos que nace por mujer es de 1,36. Eso significa que son tres puntos por debajo de la media europea. Y la denominada tasa de reemplazo, la que permite que haya un recambio generacional, está en 2,1. Así las cosas, en el 2050 desaparecerá una quinta parte de los menores de 15 años y los mayores de 65 aumentarán ¡en un 111%! La pirámide poblacional española se habrá invertido, con una base muy pequeña y una cabeza de ancianos amplísima. Es esta previsión la máxima amenaza para los jubilados del futuro.

En 1999, una ejecutiva de Goldman Sachs de Tokio elaboró un informe donde afirmaba que Japón podría hacer crecer su PIB un 15% si incrementaba la participación femenina en la economía. Nacía el concepto ‘womenomics’, ‘mujereconomía’. La idea es implementar herramientas que permitan que las mujeres se incorporen masivamente al mercado laboral (guarderías, horarios conciliadores, etc) y con ello promover la participación de las mujeres en la toma de decisiones de las compañías. El primer ministro japonés recupera ahora ese concepto para afrontar el reto de la productividad de su país en los próximos años.

Hay quienes consideran que los mercados llaman a la mujer por simple afán capitalista y que solo les mueve el beneficio. Pero si con este nuevo concepto lo que logramos es ganar en flexibilidad laboral, en facilidades para acceder al mercado del trabajo y ocupar -también- puestos directivos en las empresas ¿importa acaso la motivación original?

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