Vuelta a la vida 30 años después

Diferentes vistas del entorno rehabilitado del antiguo campo de la feria chantadino. toño parga
photo_camera Diferentes vistas del entorno rehabilitado del antiguo campo de la feria chantadino. toño parga

En el año 1982 Chantada se subía al tren del progreso y de la modernidad con la apertura de un mercado ganadero con todas las comodidades para la organización de ferias, transacciones comerciales y eventos relacionados con el mundo ganadero. Un mercado amplio, accesible y adecuado para una comarca en la que el sector primario es, todavía hoy, la base de la economía.

Sin embargo, la historia tenía una cara B y con el traslado al nuevo recinto de las ferias de ganado, en otra parte de la villa del Asma, el viejo campo de la feria, se quedó vacío. Poco a poco, las instalaciones hechas de piedra y madera, conocidas como Os Pendellos, y entorno a las que había girado la vida comercial y el bullicio durante gran parte del siglo XX cayeron en el olvido y el deterioro les fue pasando factura. Son muchos los vecinos que a día de hoy todavía se preguntan por el paradero de parte de la piedra y de algunas columnas de las construcciones originales.

Pese a todo, el viejo campo de la feria siempre fue un símbolo para Chantada y todos los gobiernos municipales mostraron, en mayor o menor medida, una preocupación por su recuperación y reconversión. En la pasada década la zona recibió un impulso gracias a varias obras realizadas en el entorno, como la adecuación de un parque y la habilitación de una zona deportiva en las cercanías de las casetas. Sin embargo, el renacer definitivo comenzó a fraguarse a partir del año 2007 con la aprobación de sendas escuelas taller que permitieron sacar del abandono los viejos pendellos.

Se arbitró un plan integral y se organizaron módulos de carpintería y cantería con el reto de hacer una rehabilitación que respetase la características propias de las edificaciones. De hecho, algunas de las casetas, en las que antes estaba el ganado o los puestos para el pulpo casi hubo que levantarlas de nuevo debido a su deterioro.

Tras las obras, el espacio se arbitra alrededor de dos puntos, un restaurante con cerca de 150 plazas que recupera el espíritu de aquellos locales donde se compartía mesa para comer el pulpo, y un patio central con espacios verdes que se usa para diferentes eventos sociales.

Las obras remataron en 2010 y poco a poco se resolvió la concesión del restaurante, que preserva el nombre de Os Pendellos, y algún ajuste más.

Ahora, en 2012, y treinta años después del traslado del ferial al mercado ganadero, el viejo campo de la feria resurgió de los escombros y es uno de los puntos de referencia en Chantada, tanto para los turistas, que se encuentran con un espacio marcado por la tradición, como para los propios vecinos que ven en su uso una de las zonas emblemáticas de la villa.

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