Votos de oro de la emigración coruñesa

Al estilo "300 millones". Así empezó el sábado la precampaña en la emigración, con el programa del centenario del himno que la TVG emitió desde Cuba, Argentina, Uruguay, Brasil, Cataluña y Galicia, lo que recuerda a aquella gala de Televisión Española de finales de los 70, presentada entre otros por Pepe Domingo Castaño, que se transmitía vía satélite para toda América. Touriño puede aducir que su viaje a La Habana era esta vez más institucional que nunca porque contaba con una representación de PP y BNG, por más devaluada que estuviera, y porque en el programa intervinieron Quintana y Feijoo. Sin embargo, a tres meses de las generales y sobre todo mientras se mantenga el escandaloso procedimiento de votación, cualquier acción que se realice en la emigración está indefectiblemente impregnada de aroma electoral.

Touriño sigue viaje a México, que al igual que Cuba no es precisamente un granero electoral, porque en ninguno de los dos países hay más de 10.000 votantes gallegos, pero este año ya estuvo en Brasil, Argentina y Uruguay. Rajoy y Feijoo se van la semana próxima al Río de la Plata. Feijoo prepara otros viajes para principio de año a Brasil, México y tal vez Venezuela. En el Bloque, en cambio, aseguran que no están previstas giras de este tipo, en coherencia con su propuesta para restringir el voto emigrante.

Por más que Feijoo se esfuerce, en el PP dan por hecho que el PSOE, con el Gobierno central y la Xunta en sus manos, va a ganar en el exterior. Por eso los populares se han apuntado ahora a la petición del voto en urna, con el objetivo de que hubiera menos participación y no tuviese consecuencias en el reparto de escaños.

Si se implantase el voto en urna, la participación de los emigrantes gallegos se reduciría por lo menos a la mitad. Así lo demuestra el caso portugués. En Portugal hay voto por correo para la Asamblea de la República y en urna para las presidenciales. En el 2005, para la Asamblea, votaron 36.714 emigrantes y en 2006, para la presidencia, 18.840, prácticamente la mitad. En Portugal también se detectaron fraudes en el voto por correo, aunque a menor escala que en España.

Pero  la novedad de estas elecciones generales en la emigración gallega reside en que por primera vez se vislumbra la importancia estratégica de los votos del exterior en el reparto de escaños en una provincia. Se trata de A Coruña, donde PP y PSOE van a luchar por no ceder el diputado que esta provincia pierde por población. Hay ocho escaños. El BNG tiene uno asegurado. Como entre PP y PSOE no habrá grandes diferencias, el que gane tendrá cuatro diputados y el otro, tres. Dado que en las otras provincias PP y PSOE empatarán previsiblemente a escaños, todo se decidiría en A Coruña.

En este contexto, cobran una gran relevancia los 40.000 votos coruñeses que pueden llegar del extranjero, sobre un censo de 114.202 y una participación del 35%, como la registrada en las autonómicas. En el PSOE calculan que pueden sacarle al PP una ventaja de entre 15 y 20 puntos en la emigración, lo que en A Coruña se traduciría en 6.000 o 8.000 votos. En las europeas del 2004, los socialistas ya ganaron por 15 puntos en la emigración coruñesa. Es el mundo al revés. Ahora el PP teme al voto emigrante y el PSOE sueña con él.

El PP sólo tiene mayoría absoluta en aplausos
Antes de las vacaciones parlamentarias de enero y febrero, los diputados tienen que trabajar en diciembre. O por lo menos hacer con más frecuencia acto de presencia, votar y aplaudir. Aplaudir mucho, especialmente los diputados del PSOE, en cuyas filas ha brotado en los últimos tiempos una curiosa preocupación por la frecuencia y entusiasmo de las ovaciones al presidente de la Xunta y a algunos de los miembros de su gobierno, como la conselleira de Política Territorial, María José Caride.

Hay un hecho objetivo. El PP arrasa en los aplausos en el Parlamento. En estos tiempos de penuria y ostracismo para los populares gallegos, tras lustros de dominio aplastante, se puede decir incluso que en lo único en lo que gana el PP por mayoría absoluta en Galicia es en los aplausos en la cámara de O Hórreo. Sus 35 diputados, sin contar a los dos que forman parte de la mesa y se sientan en la mesa presidencial, viven sus momentos de entusiasmo y desahogo cuando ovacionan a Núñez Feijoo. Después, cuando hay que votar, el marcador electrónico siempre arroja derrotas, ya que el rodillo de PSOE y BNG no ha fallado por ahora ni una sola vez en una sesión plenaria.

Dentro del PP, desde lo que se comienza a llamar el “círculo de hierro de Feijoo”, ha habido alguna vez reproches a diputados poco entusiastas o remolones, pero no les hace falta un control estricto. En su posición de partido con más votos pero que no gobierna ni en Galicia ni en ninguna ciudad, es lo que les queda.

Pero el PP gana porque la Xunta aplaude dividida, con los del PSOE por un lado y los del BNG por otro. Sólo en el discurso anual de Touriño del debate del estado de autonomía los nacionalistas aplauden al presidente de la Xunta. Es ese momento cuando Bieito Lobeira hace de tripas corazón y ovaciona a Touriño.

En el resto del año, cada socio de la Xunta aplaude por su cuenta, salvo muy raras excepciones. Por ejemplo, el nacionalista Suárez Canal recibe a menudo el respaldo de los socialistas. Otro nacionalista, Pablo González Mariñas, no tiene reparos en aplaudir a los socialistas. Hay también momentos de tensión, por choques con el PP, en los que PSOE y BNG muestran una súbita unidad de acción.

En los últimos plenos, como el de la semana pasada, se ha visto como los diputado socialistas se aplican más que nunca en sus aplausos al presidente.

INCENDIOS: El otoño le estropeó el balance a Canal
Con los datos del verano, había la posibilidad de que 2007 fuese el año con menos hectáreas quemadas en Galicia desde 1968, el primer año del que hay datos. Pero un mal otoño le estropeó el balance a Suárez Canal, al duplicarse ampliamente la superficie calcinada, de modo que el récord sigue siendo del de 1977, con 3.813 hectáreas.

SENADO: Manuel Cabezas se queda sin opciones
Manuel Fraga quiere seguir siendo senador por la comunidad autónoma y no tiene ninguna intención de presentarse al Senado por Lugo, opción que tampoco se veía como viable en el partido. De este modo, como el PP sólo va a tener una plaza, el ex alcalde de Ourense Manuel Cabezas se queda sin opciones ya que Baltar no lo quiere en la lista.

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