Votación singular

LA VOTACIÓN del pleno del Congreso de los Diputados que tuvo lugar esta semana en relación con la iniciativa de UPyD, acerca del derecho a decidir que reivindican sectores políticos de Cataluña, no fue una más. Ha tenido una significación que no puede dejar de destacarse, y una notable importancia.

En ocasiones como la que esa votación supuso no hay lugar para las estrategias, la oportunidad o las conveniencias. Solo hay dos alternativas y espacio para pocas matizaciones.

Por eso la abstención no es, no puede ser una opción, como en tantas otras ocasiones.

Sorprende pues que los Diputados socialistas catalanes, miembros del Grupo Socialista, pero militantes del partido asociado Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) que encarna la oferta socialista en esa comunidad, en la que merced al pacto entre ellos establecido el PSOE no tiene agrupación catalana y por tanto carece de presencia propia en Cataluña se abstuvieran.

El PSOE votó en contra, esto es, se manifestó en el sentido de que los ciudadanos de un territorio no pueden arrogarse legitimamente el derecho a decidir, lo que no es sino consecuencia, así lo creo, de que la soberanía nacional no es divisible, ni nadie puede legitimamente y por su solo arbitrio alterar lo que esta determinado.

En definitiva, en democracia todo se decide por la voluntad de la mayoría, pero no es licita la alteración del sujeto a voluntad de los interesados, porque entonces se soslaya la mayoría a conveniencia. Democracia es libertad, pero la libertad de otros, su derecho también legitimo a decidir acerca del futuro de lo que hasta hoy es una comunidad, no puede ser desconocido con invocaciones de preteritas legitimidades.

En 1714, cuando dimite el General Villarroel -que aunque nacido en Barcelona era castellano- como jefe de las tropas que defendian tras las murallas de la capital catalana el último reducto de resistencia a la autoridad real del Felipe V, por entender que la ciudad no podía resistir, encomendaron el mando a la Santisima Virgen. Así lo registra la historia. ¿que valores históricos se invocan ahora exactamente?

La libertad ees hoy la detodos los ciudadanos, y la de unos, por significadas que sean, no piueden anular la de los demas, particularmente si son la mayoría concernida. Ahí esta el quid de la cuestión. ¿A quien atañe?

En todo caso, ante la interpelación acerca de la existencia de un derecho fundamental, no cabe la abstención. La respuesta ha de ser positiva o negativa. ¿Es que los parlamentarios socialistas catalanes desconocen o ignoran si existe o no ese derecho a decidir que en Cataluña se pretende? Si como dicen nunca votaran contra su reconocimiento, no se entiende su abstención.

Hace tiempo que sostengo que sería bueno que el PSOE tenga presencia propia en Cataluña. Y creanme, conozco bien esa gran tierra, es muy probable que el redito electoral para el socialismo fuera mejor. Lo piden ahora veteranos e históricos socialistas. Y puede que lleven razón, porque si el partido socilista genuino hubiera estado en Cataluña, es muy probable que no estuvieramos hablando de esto, y porque uno de los dos partidos del sistema de 1978, no puede dar cabida en su seno a una contradicción como la que supone la postura al parecer irreductible del PSC que pone en entredicho lo que somos, y por tanto, lo que el propio PSOE es.

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