Vivir entre hilos de colores

En su infancia, Jose Luis Rodríguez aprendió a hacer muchas de las manualidades que hoy en día realiza en ratos libres con su familia
Jose Luis Rodríguez, con alguno de sus hiloramas y cuadros en punto de cruz
photo_camera Jose Luis Rodríguez, con alguno de sus hiloramas y cuadros en punto de cruz

Asturiano, pero con el corazón dividido entre su Gijón natal y Vilalba, la tierra a la que se trasladó hace casi una década por motivos de trabajo, Jose Luis Rodríguez se declara «un apasionado» de las manualidades.

Su afición por ellas nació de pequeño, en el colegio religioso al que acudía. «Allí aprendí muchas de las cosas que hago hoy en día», dice, mientras señala el primer diseño de hilorama que hizo en la escuela, un gallo a todo color sobre un fondo negro.

Los hiloramas utilizan «una técnica de tensión de hilos», que son «enrollados» alrededor de clavos para formar la figura deseada. Rodríguez es obrero de profesión, pero en estos momentos se encuentra en paro y ha encontrado en estos trabajos «un gran pasatiempo».

«Me gusta la idea de hacer algo sin necesidad de comprarlo», explica. Uno de los productos estrella de esta temporada han sido los spinners -juguetes para hacer girar entre los dedos- y él ha fabricado los suyos con «rodamientos, canicas y bridas».

Los hiloramas son una técnica en la que, en una tabla, se tensan hilos alrededor de clavos para formar distintas figuras

Además, también se dedica a ser monitor de tiempo libre, y en ese trabajo puede dar rienda suelta a su creatividad. «Hago cuadros con goma eva y enseño a los chavales a hacerlos», cuenta. Lo que más reproduce son los escudos de fútbol, pero está abierto a otras posibilidades.

«Uno de mis mayores encargos fue la imagen de una virgen con la técnica del hilorama», explica. Pero esa no es la única que utiliza. «Adoro el punto de cruz», dice. Para él, resulta una actividad «relajante».

En su hogar, hay desde relojes de cocina hasta natalicios -cuadros en los que se refleja el nombre del recién nacido para el que se realizan, la fecha y hora de nacimiento, el peso y la altura-, y en un amante de los animales como él no podían faltar las imágenes felinas, en honor a sus dos gatos.

«Me siento muy orgulloso del primer cuadro que hice a punto de cruz», admite, hablando del retrato de un gato rayado que comparte habitación con otro de una pareja de recién casados que hizo en honor a su esposa.

Ella es una de las que le ayuda con esos trabajos, pero él no olvida su intención de «inculcárselo a mis hijos». «Prefiero que pasen dos horas haciendo esas cosas conmigo a que estén viendo la televisión», dice.

De hecho, considera que ver el trabajo final supone «una satisfacción enorme», y le gusta saber que, a través de las manualidades, sus hijos también pueden darse cuenta de que «con trabajo y esfuerzo, se llega a la meta».

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