Vilar de Donas luce ya más fresca

La primera fase de la rehabilitación de los murales pictóricos que decoran el interior del ábside de la iglesia románica de San Salvador, en Palas de Rei, ha permitido actuar sobre la humedad y las colonias biológicas que amenazan la conservación del conjunto
Primera fase de la restauración de las pinturas murales en la iglesia de Vilar de Donas, en Palas de Rei
photo_camera Primera fase de la restauración de las pinturas murales en la iglesia de Vilar de Donas, en Palas de Rei

Los frescos del interior del ábside de la iglesia de San Salvador de Vilar de Donas suponen uno de los conjuntos pictóricos más representativos y mejor conservados del gótico gallego. A pesar de ello, las humedades de los muros y el propio paso del tiempo hacía peligrar algunos de estos dibujos, una situación que se ha logrado revertir en parte, gracias a una primera actuación, ya finalizada, sobre el paramento derecho del altar central, lo que ha permitido recuperar el esplendor de esta parte de las pinturas, cuya autoría data del siglo XV. 

Desde el pasado mes de julio, las tres restauradoras de la firma Crea Restauración, Yolanda Gómez Mirón, Mar Medina Puente y Rocío Domenech Labandeira, se pusieron manos a la obra, para iniciar un delicado proceso que no terminó hasta hace solo unos días. 

Uno de los principales problemas con los que se encontraron estas profesionales fue la humedad de los muros, lo que facilitaba la presencia de una colonia biológica, que ocultaba una buena parte de la superficie pictórica. Posteriormente, también se realizaron una serie de trabajos para consolidar las zonas de mortero que corrían riesgo de desprendimiento, así como para limpiar los restos que se habían aplicado en una anterior restauración, realizada en los años 60.

"El gran reto fue eliminar la colonia de algas que ocultaba las pinturas", explica Yolanda Gómez. Para ello, se aplicó alcohol y desinfectante, en un proceso "laborioso y muy delicado". Una vez que las paredes se fueron liberando del manto verde que las cubría, se pudieron recuperar una buena parte de los trazos originales de las pinturas, que se encontraban "mejor conservados de lo que pensamos inicialmente". 

Para Yolanda Gómez, este proceso de limpieza fue lo "más complicado" de toda la actuación, "porque la colonia estaba muy asentada", aunque se muestra convencida de "la efectividad" del tratamiento aplicado, por lo que espera que este problema biológico no se vuelva a reproducir en la zona en donde se actuó. 

Una vez finalizado este proceso, las restauradoras actuaron sobre el mortero de cal y arena, "se consolidaron aquellas zonas que presentaban riesgo de derrumbe y se eliminaron partes de la agresiva restauración que se llevó a cabo en los años 60 y que, incluso, en algunas partes, llegaba a ocultar las pinturas originales", narra Yolanda Gómez. 

Una vez completadas estas dos primeras fases de los trabajos, el siguiente reto fue el de recuperar las partes de pintura original que se habían perdido. Esta reintegración cromática se hizo a base de acuarelas en rigatino y se aplicó sobre el mortero fresco, tal y como se hizo con el autor original de la obra. 

De este modo, se consiguió que el mural recuperase casi por completo su antiguo esplendor, en contraste con las demás piezas que decoran el interior del ábside de Vilar de Donas y sobre las que todavía no se llevó a cabo actuación alguna. 

Yolanda Gómez se muestra, no obstante, confiada en que visto el resultado final del trabajo, la Xunta se anime a sacar a concurso nuevas fases de restauración de los murales, "se trata de unas pinturas únicas de extraordinaria importancia, que bien permitirían definir a Vilar de Donas como la capilla Sixtina gallega".

La restauradora también destaca que a lo largo del tiempo que duraron los trabajos fueron muchos los peregrinos que se desviaron del Camino para conocer esta iglesia románica y que se mostraron muy sorprendidos al descubrir los "espléndidos murales" del ábside.

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