Tras 21 días de fiestas, con tres semanas cargadas de actos, eventos deportivos, actuaciones musicales, jornadas infantiles, procesiones, comidas familiares y con amigos, Vilalba despide sus patronales, unas celebraciones que, pese a ser «demasiado largas» y dejar sin aliento a muchos, demostraron una vez más su poder de convocatoria.
Miles de personas, de Vilalba y de otros muchos lugares, celebraron las fiestas de San Ramón y Santa María a través de un programa cargado de actos, que mantiene la tradición más arraigada -con el certamen literario que cumplió este año 40 ediciones o la imposición de bandas a las reinas de las fiestas- y la combina con nuevas propuestas.
«Las fiestas en general fueron buenas. Nos ha felicitado mucha gente», explica una de