Vilachá cumple veinte años

El entorno de las centenarias bodegas de Vilachá de Salvadur, en A Pobra do Brollón, será este fin de semana el escenario de un encuentro vitícola cada vez más festejado por la calidad de los caldos y el espacio en el que tiene lugar la celebración

vILACHÁ del Salvadur, parroquia perteneciente al municipio de A Pobra do Brollón, acoge este fin de semana la vigésima edición de su feria del vino. Comenzó titubeante, como un certamen menor debido al gran éxito de otras citas vitícolas mayores, como las de Chantada, Amandi y Quiroga, pero se ha convertido en un ferial muy concurrido gracias a que, además del los buenos caldos elaborados en la zona, el lugar en el que se celebra atesora una de las muestras más representativas de la arquitectura popular de Galicia.

Se trata de un pequeño bosque de castaños donde se agolpan 42 construcciones de planta baja, de gruesos muros de piedra y tejados de pizarra, que durante cientos de años han servido para que los vecinos del lugar pudiesen guardar los vinos que se cosechan en las escarpadas laderas que dan al río Sil, en una zona muy próxima a Amandi.

Los historiadores atribuyen a las bodegas de Vilachá un origen monástico y han llegado a indicar que pudieron haber pertenecido al monasterio ourensano de Montederramo, uno de los más relevantes de la Ribeira Sacra.

El caso es que su utilidad ha servido para que no les ocurriese como a otras edificaciones típicas del rural gallego, que con el paso del tiempo acabaron desmanteladas. En Vilachá, por el contrario, tuvieron la suerte de que especialistas en la conservación del patrimonio se fijasen en ellas y se procediese a su restauración.

Gracias a fondos procedentes de la Xunta de Galicia, del propio Ayuntamiento de A Pobra do Brollón y de varios planes Leader se renovó la techumbre de buena parte de las bodegas, se consolidaron sus paredes y se acondicionaron los accesos a ellas.

El conjunto arquitectónico, de singular belleza, es uno de los recursos turísticos más desconocidos de la Ribeira Sacra.

Desde hace escasos años es un poco más visitado al pasar por la zona una de las etapas del Camiño de Inverno, ruta alternativa de peregrinación a Compostela. Desde la asociación Amigos dos Camiños a Santiago pola Ribeira Sacra se ha hecho todo lo posible para divulgar este emplazamiento, incluyendo en sus distintos folletos promocionales referencias a las bodegas.

Actuaciones

Las primeras actuaciones en las bodegas supusieron una inversión de 360.000 euros por parte de la Xunta y Ayuntamiento, cantidad con la que además se acondicionaron accesos a viñedos de las riberas de Lagares y de Eivedo, así como a la de Val do Frades, donde también se sitúan restos de un monasterio. Muchos de ellos fueron aprovechados para levantar las bodegas y otras construcciones similares.

La extensión de viñedos que hay en la zona de Vilachá ronda las cuarenta hectáreas, donde la media por productor es de unas dos hectáreas. Forma parte de la subzona Quiroga-Bibei de la denominación de origen Ribeira Sacra.

En la actualidad se considera como una zona pujante y su valoración es alta en el mundo enológico dado que limita con Amandi. En los últimos años fueron varias las personas, sobre todo jóvenes, que decidieron apostar por iniciarse en la viticultura.

Uno de sus mayores productores en la sociedad agraria de transformación Os Ermitaños, constituida en el año 2006.