Vigo y alrededores, el epicentro del miedo

Superado el caos vivido en el centro de la ciudad olívica en la madrugada del lunes, Nigrán, Gondomar, Coruxo y Baiona siguieron luchando contra las llamas hasta media tarde ►Las brigadas vecinales, verdaderas responsables de la extinción
Batida vecinal que trataba de controlar el incendio de Parada, en Nigrán
photo_camera Batida vecinal que trataba de controlar el incendio de Parada, en Nigrán

La ciudad olívica se despertó este lunes del infierno vivido el domingo con varios focos todavía activos y con el nivel dos de alerta decretado. En O Val Miñor ardían aún Nigrán, Baiona y Gondomar. Los incendios localizados en las parroquias de Parada, Baíña y Morgadáns tuvieron a las viviendas en jaque hasta bien entrada la tarde del lunes, cuando la Consellería de Medio Rural anunció que se habían logrado controlar las llamas y las casas ya no corrían peligro. También se localizaron focos en el Monte Alba y en el Monte Galiñeiro, cuyo paisaje tornó del verde al negro en cuestión de horas.

Todas las personas que fueron evacuadas durante la madrugada del lunes fueron reubicadas en varios hoteles de la ciudad, que abrieron sus puertas de manera altruista. A media tarde del lunes, la gran mayoría ya habían vuelto a sus domicilios.

En cuanto a los centros educativos, cuatro suspendieron las clases de forma temporal por haber sufrido daños a causa de las llamas. Según informó la Consellería de Educación, se trata del Instituto 1º de Marzo y el CPI Covaterreña, de Baiona; el CEIP Sobreira de Valadares y el instituto de la misma parroquia, en Vigo.

Hubo gente que se resistía a abandonar su casa, pero aunque es muy triste verla arder, lo primero es salvar la vida"

El desalojo de PSA-Peugeot Citroën fue una de las situaciones más impactantes de la noche del domingo. Afortunadamente, todo quedó en una medida preventiva, activada para garantizar la seguridad del personal que se encontraba trabajando en la planta en ese momento. Así, la jornada del lunes ya fue de absoluta normalidad, a excepción de la ausencia de algunos empleados que, a nivel particular, sufrieron las consecuencias del incendio en sus viviendas y no pudieron acudir a trabajar.

Otras de las infraestructuras empresariales que se vieron amenazadas por las llamas fueron los dos parques industriales promovidos por el Consorcio Zona Franca de Vigo. Su delegada, Teresa Pedrosa, se acercó hasta el Parque Tecnológico, Balaídos y Porto do Molle para evaluar el estado de los mismos e informó de que, por suerte, no hubo que lamentar daños materiales.

Uno de los bulos que corrió como la pólvora por las redes sociales y los grupos de WhatsApp fue el posible desalojo del Hospital Álvaro Cunqueiro. El centro sanitario no estuvo en peligro en ningún momento y, según confirmó Sanidade, no se llegó a dar la situación en la que se tendría que valorar un desalojo inminente.

El hospital informó de que atendieron a ocho personas por quemaduras, así como a otros afectados por inhalación de humo, aunque ninguno revestía gravedad.

"FRAGOSELO NO EXISTE". El lugar de Fragoselo, perteneciente a la parroquia de Coruxo, fue arrasado por las llamas. Sus vecinos regresaron el lunes por la mañana a la zona, que tuvieron que abandonar por orden de la Policía, para comprobar qué quedaba en pie y qué había desaparecido durante el incendio que asedió el pueblo durante toda la jornada del domingo.

Lo hemos perdido todo: la casa, los animales... A ver qué hacemos ahora con una pensión de 400 euros"

Sonia Llopis y Telmo Pérez se quedaron "sin nada". Su casa, "la que está al lado de la capilla, donde se hacen las fiestas", fue uno de los pocos inmuebles en los que el fuego causó destrozos graves. "Nos hemos quedado en la calle, lo hemos perdido prácticamente todo", cuenta Telmo, que recuerda cómo se apresuró a soltar a sus vacas y caballos antes de montarse con su mujer y su hija de seis años en la moto. "Atravesamos las llamas para escapar", indica Sonia, visiblemente afectada, que se pregunta qué van a hacer ahora "con una pensión de 400 euros", únicos ingresos que entran en el hogar familiar. "Fragoselo no existe, ha quedado arrasado", sentencia Telmo, después de denunciar que por allí no apareció nadie hasta que ya fue demasiado tarde.

"Tuvimos que escapar con lo puesto", relata Manuel Román, otro vecino del lugar. "Algunos se resistían a abandonar su casa, pero, aunque verla arder es muy triste, lo primero es salvar la vida", reflexiona.

"VENIMOS A AYUDAR". El mediodía en Parada (Nigrán) pintaba complicado. El fuego estaba muy cerca de afectar a dos viviendas y los vecinos se quedaban sin medios, aunque no dejaban de llegar voluntarios. Sin embargo, uno de ellos pedía que apareciesen cuanto antes los Bomberos, "si no, no vamos a poder con esto", pero los efectivos estaban actuando en Gondomar y Baiona.

En este último concello, en la parroquia de Baíñas, continuaron el humo y las brasas a medio arder hasta primera hora de la tarde.

En San Antón, otra parroquia afectada, un vecino recuerda "la cadena humana" que consiguió frenar el avance del incendio hacia las casas. "Una estaba a punto de arder, pero conseguimos apagar las llamas echando calderos de agua, que recogíamos de una piscina". "Fue la gente la que consiguió pararlo todo", afirma.

La estampa que se puede ver todavía ahora desde el coche al bajar de San Antón al centro de Baiona es desoladora. Todo el monte es negro como el carbón y hasta una de las laderas de la icónica fortaleza de Baiona ha quedado destruida.

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