Vespaellada, una fórmula de éxito

La sociedad cultural y recreativa de Momán citó unos cien vehículos en una ruta y a medio millar de comensales en la VIII Festa da Paella

«Foi todo perfecto». Con esta simple frase se resumió desde la organización la primera Vespaellada de Momán, una iniciativa que nacía con la idea de reunir a una veintena de aficionados a la mítica Vespa, como complemento a la VIII Festa da Paella, pero que fue creciendo hasta alcanzar cifras de gran evento, con un centenar de vehículos participantes y medio millar de comensales.

Cámaras de fotos y móviles no dieron hecho para retratar los clásicos aparcados en la explanada del restaurante Tino, donde los participantes desayunaron antes de dar la salida de una ruta que los llevó hasta el parque eólico experimental Sotavento o a visitar As Pontes, con parada ante la casa consistorial, antes de volver a Momán para compartir la multitudinaria paella servida por el Merendero en el campo de la feria.

Entre las Vespas había algunas joyas, como la Sport con sidecar del 59 (Antonio López la compró hace dos años y se encargó de restaurarla con la ayuda de su padre), una 150S del 63, de la primera serie también con sidecar, o la 125N del 60. Tampoco faltaron motos de otras marcas como Ossa, Montesa, Lambretta o Guzzi.

El recorrido, con salida y meta en Momán, visitó Sotavento o As Pontes

Y si entre las dos ruedas había mucho donde elegir, entre los vehículos de cuatro no era menos. Participaron desde un Citroën DS Tiburón o un BMW 2000, ambos de los 60, hasta diversos Seat 600 o Citroën 2CV, pasando por numerosos clásicos de los 70 u 80, además de modelos deportivos de Ferrari, Porsche, Maserati, Aston Martin o Lamborghini.

Todos estos vehículos no podrían estar en Momán sin sus pilotos, aficionados llegados desde distintos puntos de Galicia, como un grupo de la zona de Ortegal, que acudió con cuatro motos y un 600 y que quedaron encantados con la experiencia: «Foi marabilloso, estivo moi ben organizado e o tempo acompañou».

«Para nós o mellor foi a harmonía, o compañeirismo e o estar todos xuntos», añadían los pilotos de ‘casa’, como Suso da Pena o Pepe Fernández, que fueron en sus 600, o Ángel Pumares, que hizo la ruta en su 2CV junto a Verónica Prado y los pequeños Claudia y Kevin.

Una decena de voluntarios colaboraron con la celebración de esta Vespaellada, que contó con el apoyo del Automóvil Club As Pontes, los concellos de As Pontes y Xermade, Protección Civil de Xermade, la Policía Local pontesa y el campo de tiro Pena da Revolta.

Arsenio Paz, Tino Fernández y Secundino López, de la sociedad cultural y recreativa de Momán -cada año se turnan para organizar las fiestas- fueron los organizadores de un evento que esperan que tenga continuidad gracias a un fórmula que ha triunfado por su simplicidad: «Esto é unha xuntanza de amigos, o obxectivo é pasalo ben e disfrutar do día e da paella en Momán».

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