El grupo Vendex, al que pertenece Doal, la empresa concesionaria de la zona Ora, se vio obligada a agilizar el pago de sobornos en Lugo en pleno debate sobre la reorganización de los aparcamientos en superficie en la ciudad, cuya aprobación en el pleno les iba a asegurar la gestión de 1.200 plazas más. Así se desprende de las conversaciones grabadas y las investigaciones realizadas durante la instrucción de la operación Pokemon, tras el levantamiento parcial del secreto del sumario sobre 26 de los alrededor de cien tomos que lo componen.
En el centro de la trama, como ya se había informado, aparecen el exconcejal Francisco Fernández Liñares; su mano derecha y encargado de Doal en Lugo, Javier Reguera; el responsable de Vendex en Galicia, José María Tutor, y el gerente nacional del grupo, Gervasio Rodríguez Acosta. Este aparece en sus conversaciones con Tutor como un jefe preocupado porque sus negocios en Lugo no está siendo tan rentables como él esperaba, debido fundamentalmente a dos circunstancias: que estaban obligados a abonar al Concello el 20% de la recaudación mensual y, según reconoce explícitamente, que tenía que abonar diversos conceptos en corruptelas que no pagaba «en ningún otro lugar de España».
Zalacaín, un lujoso punto de encuentro
Por los datos que se van conociendo, Gervasio Rodríguez Acosta sabía como deslumbrar a los funcionarios y políticos con los que hacía negocios. Así, cuando estos viajaban a Madrid para cerrar los principales flecos, el gerente del grupo Vendex los llevaba a Zalacaín, uno de los restaurantes más lujosos de Madrid y del país.
