Veloso logra una victoria monumental en Catí

Gustavo César Veloso, del Xacobeo, logró una monumental victoria en la novena etapa de la Vuelta, disputada entre Alcoy y Xorret del Catí, de 188,8 kilómetros, en la que Alejandro Valverde tomó el poder con los 8 segundos de bonificación del tercer puesto, en una jornada en la que Samuel Sánchez se bajó, de momento, del furgón de favoritos.

Día de gloria para Veloso, que firmó una gran tarde, en solitario, después de un ataque en la rampas del puerto alicantino. Día grande, especial, para Valverde, convertido en figura estelar que llegará a su tierra, a Murcia, vestido de líder y con la etiqueta de candidato número uno.

Veloso aprovechó la escapada

El ciclista gallego, de 29 años y formado profesionalmente en el Carvalhelhos portugués desde su debut en 2001, sacó gloria de la escapada del día. Fue el único que aguantó las terribles rampas del Catí, un muro de 5 kilómetros con rampas hasta del 20 por ciento. Allí claudicaron todos, menos Veloso, que alzó los brazos al cielo con un tiempo de 5h.21.04.

La segunda plaza fue para el italiano Marco Marzano (Lampre), a 21 segundos, y la tercera para Valverde, el más fuerte entre los favoritos, y el más ambicioso. El corredor murciano entró tercero a 40 segundos, y a su rueda pasaron David de la Fuente, Cadel Evans, Robert Gesink e Ivan Basso a 41. El premio de la bonificación llevó a Valverde al podio a recoger el jersey oro.

Valverde sacudió el árbol en la segunda etapa de montaña con final en alto. Esta vez su equipo no trabajó, pero se apuntó "a la tensión de la carrera" cuando vio "que algunos pasaban dificultades". Al final sólo tuvo que esprintar para desalojar a Evans del primer escalón del podio.

Dificultades para Mosquera
Esas dificultades se referían a Ezequiel Mosquera y Samuel Sánchez. El gallego se dejó 1.12, y el campeón olímpico 1.29, tal vez perjudicado por las heridas sufridas en la víspera. Los rivales olieron la debilidad y el asturiano pagó los platos rotos.

La general se va aclarando. Se presume el duelo Valverde-Evans, ambos separados por 7 segundos. El joven holandés es tercero a 36 segundos y se muestra combativo en las cumbres. Puede ser un rival incómodo, y por detrás Tom Danielson e Ivan Basso esperan por debajo del minuto. Mosquera y Sánchez se quedan más descolgados. Así, en teoría, llegará la jerarquía de la Vuelta a la próxima cita con la montaña, en Andalucía, con los finales en alto de Sierra Nevada, Velefique y La Pandera.

Samuel Sánchez, sexto a 1.03, no quedó en absoluto fuera de combate, pero su maltrecho esqueleto le jugó una mala pasada. "No pude seguir, seguí mi ritmo. Tal vez la caída me ha pasado factura, pero queda mucha Vuelta", señaló en meta el medallista de oro en Pekín.

Los guerrilleros

La esperada segunda cita con la alta montaña soltó su esencia en los últimos cinco kilómetros, algo ya clásico en el ciclismo moderno. El esquema de escapada consentida y emociones finales, se cumplió a rajatabla.

Apenas había atravesado el pelotón el último de los numerosos puentes de Alcoy cuando ya estaba formada la escapada del día. Desafiando al perfil serrucho que se iba a adentrar en la sierra alicantina hasta Xorret del Catí, siete aventureros pusieron asfalto por medio. Esta vez se unieron los españoles, a diferencia de la jornada precedente. Allí estaban De La Fuente (Fuji), Ramírez Abeja (Andalucía), César Veloso (Xacobeo) y Sánchez Pimienta (Contentpolis). Cuatro guerrilleros.

Entró en la excursión el belga Stijn Devolder (Quick Step), todo un doble vencedor del Tour de Flandes, y el joven estonio Rein Taaramae, de 22 años, un aprendiz muy atrevido que fue tercero en la Vuelta a Romandía. En fin, que la escapada prometía a pesar de los siete puertos del menú.

Al pelotón le pareció formidable la fuga, y a los favoritos también, así que a pedalear a gusto y disfrutar del buen sol alicantino, que apretaba pero no picaba. Un calco de la etapa de Aitana, cuya realidad y resultado final tampoco correspondió a las expectativas creadas.

Los fugados se unieron en el esfuerzo y juntos jugaron a soñar con la victoria en la cima de los Jiménez. En Catí ganó "Chaba" Jiménez (1998) y Eladio Jiménez dos veces (2000 y 2004). Los únicos conquistadores de la cima señera de la Sierra del Fraile y cuyos nombres figuran en el "Monumento al ciclista", una oscura escultura que homenajea a los conquistadores de esta etapa a escasos 300 metros de la pancarta de meta.

A 20 kilómetros de la raya final los siete escapados tenían claro que se iban a disputar la etapa entre ellos. Disponían de 6 minutos de renta. Lo único seguro es que no ganaría ningún Jiménez, sobre todo porque no existe este apellido en la lista de participantes. El gran grupo no se alteró por el dato. Lejos de reducir tiempo, ampliaba el retraso con cada pedalada.

La hora de la verdad

El buen rollito se acabó a 5 kilómetros de meta. El estonio Taaramae, destrozó el grupo de vanguardia, y luego se destrozó él, víctima de unas rampas 'Made in Angliru'. Veloso se animó a atacar a 3,5 kilómetros de la cima, coronó el Catí en solitario y se jugó el chásis, y algo más, en el descenso hasta la pancarta de meta. Le esperaba el día de gloria y no faltó a la cita. Su cuarto triunfo profesional y el primero de la temporada para este emigrante forjado en las carreteras portuguesas.

En la otra etapa los favoritos espabilaron a 10 kilómetros del final, pero se agarraron por la solapa más tarde. "Purito" Rodríguez probó a los rivales de su jefe Alejandro Valverde, y éste vio detalles positivos. Atacó el de Las Lumbreras una y otra vez. Evans, Basso y compañía a su rueda. Pero no Samuel. Así que Valverde quemó las naves porque aquello olía a premio gordo.

Y así fue, le esperaba el botín de 8 segundos de bonificación y se fue a por ellos. Esprintó hacia el maillot oro y se lo puso por décima vez. El primer paso en busca del único lugar del podio que no conoce: el del número uno. Dio un paso importante. De momento, llegará a casa de líder, "que no es poco".

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