Vecinos de dos parroquias sarrianas plantan al cura por un retablo trasladado

Los feligreses se negaron a entrar a misa para reclamar al Obispado la devolución del altar mayor de la iglesia, llevado a Lugo para su restauración y pasar al museo diocesano
Protesta vecinal ante la iglesia de San Salvador, donde se oficia la misa al estar cerrada Santa María
photo_camera Protesta vecinal ante la iglesia de San Salvador, donde se oficia la misa al estar cerrada Santa María

 Los vecinos de las parroquias sarrianas de Santa María y San Salvador de A Pena plantaron este domingo al cura negándose a entrar a misa en señal de protesta por el traslado a Lugo del retablo del altar mayor de la iglesia de Santa María, una pieza barroca de la que se enorgullecían los fieles.

El malestar entre estos feligreses era este domingo más que patente porque aseguran sentirse "enganados". Según explican, en el mes de septiembre el Obispado trasladó a Lugo el retablo, del siglo XVIII, para someterlo a una restauración con el fin de reparar los daños que sufrió en 2013 a causa de un derrumbe en la iglesia. Hace ya un tiempo una comisión de vecinos acudió a Lugo para interesarse por el retablo y fue entonces cuando, según su versión, les comunicaron que no había intención de devolverlo a la iglesia, sino que la pretensión era que pasase a formar parte del museo diocesano al ser una pieza de gran valor.

"É unha ofensa total", afirman los vecinos, quienes sostienen que en aquella reunión "faltáronnos ao respecto" ofreciéndoles como contraprestación poder visitar el retablo en el museo de forma gratuita por ser vecinos de A Pena.

Los feligreses incluso reunieron firmas y enviaron sendos escritos al Obispado, a la Xunta y a la Nunciatura Apostólica en Madrid, en los que reclaman que "a la mayor brevedad se proceda a reinstalar el retablo en la iglesia de Santa María da Pena a la que pertenece". Según dicen, ninguno de estos escritos recibió todavía respuesta.

El templo en cuestión está sin culto desde hace varios años debido a su deterioro, al traslado del cementerio, la pérdida de población y la falta de curas. Las misas se celebran esporádicamente en la vecina iglesia de San Salvador da Pena, donde ayer unas 15 personas acudieron a la hora prevista pero mostraron su malestar desistiendo de entrar a los oficios, de los que se encargan miembros de la comunidad mercedaria.

Los vecinos explicaron al párroco y al compañero que ayer le sustituía que la protesta no iba contra ellos sino que venía motivada por una situación que creen "vergonzosa". El sacerdote dijo que trasladaría la queja a sus superiores "polo interese da parroquia".

La diócesis de Lugo defiende que el futuro del retablo será el museo diocesano debido a que en la iglesia de Santa María de A Pena "non hai garantías de que se conserve". "O patrimonio é de todos e hai que velar por el", asegura el delegado de patrimonio histórico, César Carnero, quien reiteró que esta obra "alí non podía estar".

La iglesia sufrió el desplome de parte del techo en octubre de 2013, afectando al retablo mayor y dejando al descubierto unas pinturas murales cuya existencia se desconocía. Resultaron ser unos frescos excepcionales del siglo XVI, que fueron restaurados y quedaron a la vista en el lugar que ocupaba el altar mayor. "Non ten sentido que volva poñerse alí o retablo para ocultar as pinturas", señala Carnero.

No obstante, para los vecinos la aparición de estas pinturas no "puede justificar que, después de haber restaurado el retablo y su imaginería, se pretenda despojar a la parroquia de un bien que forma parte de su patrimonio religioso, cultural y afectivo". Por ello, proponen que se instale en una pared lateral del templo, sugerencia que el Obispado descarta alegando que no hay espacio. "El altar mayor ha de ser reintegrado a la iglesia de modo que, sin perjuicio de que se puedan mostrar las pinturas murales, los fieles y parroquianos puedan venerar las imágenes" porque, añaden, el museo diocesano "no fue el lugar para donde fue dotado y ubicado" este retablo.

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