Varios miles de personas piden Tres Gracias en A Misericordia

Cirios situados delante de la capilla. (Foto: Antonio López)
photo_camera Cirios situados delante de la capilla. (Foto: Antonio López)

Varios miles de personas pasaron ayer, desde las 8.00 hasta las 24.00 horas, por la capilla vivariense de A Misericordia, para solicitar las Tres Gracias al Cristo del Ecce Homo, imagen a la que los fieles profesan una gran devoción, que trasciende las fronteras del municipio, puesto que muchas personas acuden desde otros puntos de A Mariña y el Ortegal lucense para encomendarse al santo.

El sol radiante que lució durante toda la jornada contribuyó al éxito de esta convocatoria. «El buen tiempo ayuda a pasar el puente de A Misericordia», indica una de las doce colaboradoras de esta celebración, que también indica que son muchas las personas que llegan hasta la capilla caminando, como hizo un grupo de residentes del asilo Betania, entre los que estaba Piedad García Rodríguez, de Covas, quien aseguraba que ya había pedidos sus deseos.

Otra mujer recuerda que el año pasado, «vino un chico joven que daba pena, con las rodillas desechas», después de cruzar así por una penitencia. El número de personas que aparece en esas condiciones cada vez es menor, pero todavía quedan algunas.

Tanto en el exterior de la capilla como en el interior se repitieron las colas, en el primer caso para encender las velas, tipo cirios, y en el segundo, para poner el santo. Otros aprovechan para agradecer lo que tienen. También causaron admiración los rosarios, pulseras, imanes, medallas, llaveros y capillas que venden las colaboradoras del acto en esta cita.

Los más devotos acuden al pequeño templo con la antelación suficiente para asistir a las misas, que ayer se oficiaron a las 12.00, 18.30 y 20.30 horas.

La tradición manda que se deben solicitar tres gracias o deseos al Cristo, de los que únicamente se cumple uno. Más de un devoto se muestra convencido de que el santo Ecce Homo cumple alguna de sus peticiones.

Con fe

La vecina de Cantarrana María do Ceo asegura que su marido no falta a una misa de sábado en la capilla de A Misericordia. Mercedes Fernández, de Viveiro, también acude por la semana. Ayer lo hizo por tradición, pero también porque es practicante. «Lo que más me influye es la devoción» y añade: «Mi madre contaba que los barcos hacen una venia a la capilla antes de salir del puerto», en referencia a que enfilan la proa hacia la capilla, debido a que los marineros sienten auténtico fervor por esta imagen.

Elisa Rodríguez señala que acude todos los años, porque tiene «fe no santo», al que se encomiendan durante todo el año. La vecina de Galdo Paula Cristina Alves du Horto tampoco se pierde la cita. «Vin antes de ir sacar o carné e foime ben, agora veño pedir, porque me vou operar de dúas ernias -razón por la que cojea-e espero que todo saia ben».

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