Un grupo de vándalos daña dieciocho hectáreas de maíz en Castro de Rei

Las prácticas de sabotaje parecen haber llegado incluso a las plantaciones de maíz, una vez que la mayoría de los productores ha iniciado ya la recolección de una cosecha que generalmente se ensila, para luego utilizar como sustento del ganado a lo largo del año. Al menos así lo entiende el ganadero de Loentia Dositeo Barja, quien se vio obligado a interrumpir la siega del maíz tras comprobar que buena parte de las plantas presentaban clavos, tornillos y puntas metálicas incrustadas en las espigas.

La presencia de estos objetos metálicos en las plantas de maíz obligó a detener la actividad de las segadoras, a fin de evitar así posibles averías propiciadas por los elementos metálicos colocados intencionadamente en las plantas de maíz.

Sorprendido y contrariado por el sabotaje registrado en sus plantaciones de maíz, unas diez parcelas ubicadas en distintos lugares de la parroquia de Loentia, en el municipio de Castro de Rei, Dositeo Barja puso estos hechos en conocimiento de la Guardia Civil. Varios agentes del instituto armado se desplazaron el pasado domingo hasta algunas de sus parcelas plantadas de maíz -diez fincas que suman una superficie aproximada de 18 hectáreas-.

A la espera de que las investigaciones iniciadas permitan esclarecer la autoría de este acto de vandalismo, en el que, según indicó el propio afectado, «tiveron que participar varias persoas, xa que andar todas as fincas e incrustar cravos, puntas e tornillos nas espigas leva o seu tempo e ata diría que dá bastante traballo».

Barja, que aún no hizo estimación alguna sobre las hipotéticas pérdidas económicas causadas por estos hechos, sí indicó que «é a primeira vez que pasa unha cousa así nesta parroquia». Este ganadero no advirtió además motivo alguno para lanzar sus sospechas sobre ningún vecino, porque «a ninguén se lle ocorre facer un dano coma este». Además, explicó este ganadero, «os autores deste estropicio no só colocaron os cravos nas espigas das beiras, senón que tamén os meteron nas ramas que se atopan polo medio das fincas».

Abatido, Dositeo Barja y su familia han optado por recorrer todas las fincas de maíz para tratar de retirar la mayor parte posible de los clavos, a fin de poder aprovechar el maíz para el ganado. Así, ayer mismo, una cuadrilla de personas precedía a la cosechadora para retirar todo tipo de objetos metálicos de las plantas.

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