Van 40 días

Lugo lleva 40 días de huelga en el servicio de recogida de basura y limpieza de la ciudad. Es verdad que en esta semana se ha intensificado el trabajo y mejorado el estado. Y es verdad, con la información disponible, que la negociación y la disposición a la misma no ha avanzado nada. Los excesos de los sindicatos, recuérdese el Arde Lucus, no tapan los de la empresa Urbaser. Aquí sí se puede decir sin retórica que se desprecia a Lugo y a los lucenses. Alguien tendrá que asumir la responsabilidad de buscar salida ante la incapacidad de Urbaser para resolver el conflicto.

Confianza en las sentencias

Una sentencia firme del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia anula casi medio centenar de contratos de personal de Ayuntamiento de Ourense y obliga al despido de todo el «personal de confianza» del alcalde, Agustín Fernández. En el paquete figura la propia hija del alcalde, María Fernández. Si esto le sucede a Baltar entraría para su valoración en los usos normales del caciquil tradicional. Pero esto sucede en un ayuntamiento socialista. Y con la hija del alcalde, para más lucimiento estético. ¿Qué era eso del nepotismo? Aquí, según la directora general de recursos humanos del concello de Ourense, no se va a despedir a nadie. Se incorpora al expediente la justificación del puesto de trabajo y no ha pasado nada. Cuestión de formalidades. La contratación de eventuales y de personal de confianza, generalmente de activa militancia, por los políticos de turno en el poder -califíquese de enchufismo, amiguismo, recomendación o como se quiera- es un mal que no extirpan. El caso de Ourense, el señor Gómez Besteiro, líder del partido al que pertenece el alcalde, lo resuelve políticamente así: «Las sentencias se acatan, se cumplen, se ejecutan y así lo hará el gobierno de Ourense». Esa incorporación de justificación al expediente. Marco Antonio, tribuno de la plebe, nada logró en el Senado con su denuncia frente a Pompeyo y el inepto de Escipión.

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