UU.AA. plantea distinguir la ternera gallega de cebadero y la de las explotaciones

Moliner y Rodríguez, en la rueda de prensa. (Foto. Antía)
photo_camera Moliner y Rodríguez, en la rueda de prensa. (Foto. Antía)

Unións Agrarias emprende una campaña para solicitar al sector cárnico de vacuno, la industria y a la Administración dos marcas diferenciadas para la ternera gallega. El sindicato, que traslada estos días la propuesta a los productores, explica que el objetivo es distinguir entre el producto obtenido a través de los cebaderos y el que generan las explotaciones. Este último se comercializa en la actualidad como de calidad suprema.

El secretario de organización del sindicato, Jose Rodríguez, considera que la venta de ambas como ternera gallega provoca confusión en el consumidor, que no diferencia exactamente ambas calidades. Por esta razón, propone que el producto que proceda de los cebaderos, así como los terneros de explotaciones lácteas y las vacas viejas de éstas, se comercialicen bajo una nueva marca, para la que plantea el nombre de vac.1, que contaría con su propio reglamento, tendría origen gallego y seguiría unos procedimientos de alimentación.

Rodríguez expone que la nueva distinción se acompañaría de un proceso de trazabilidad, con control de pesajes en el matadero y marcado de los canales, para que el valor añadido logrado revierta en las explotaciones.

Por otro lado, piensa que la producción anual amparada en la Identificación Geográfica Protegida de la ternera gallega, que ahora es de 75.000 terneros entre las dos modalidades, se podría conseguir igualmente sólo con la de calidad superior, dado que la capacidad productiva es mayor.

Datos

A Mariña lucense cuenta ahora con 500 explotaciones incluidas en el consejo regulador de la IGP de un total de 1.907 dedicadas a la producción de carne de vacuno. En este sentido, el responsable de la oficina de UU.AA. en A Mariña, Hilario Moliner, señaló que en total la comarca cuenta con 13.246 vacas de carne y que al año se matan 7.100 terneros, que generan seis millones de euros, una cifra que considera que aumentaría variando la certificación.

Hilario Moliner expuso que las explotaciones están ahora castigadas por el incremento de los precios de los piensos, los abonos y el gasóleo agrícola, factores que merman la rentabilidad y viabilidad de las mismas, que serían más viables con la diferenciación.

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