Una revista científica francesa se hace eco de los osos que habitaron O Courel

Reproducción ósea de un oso cavernario en el nuevo museo geológico de Quiroga (Foto: Toño Parga)
photo_camera Reproducción ósea de un oso cavernario en el nuevo museo geológico de Quiroga (Foto: Toño Parga)

Investigadores del instituto de geología Isidro Parga Pondal, dependiente de la Universidad de A Coruña, han publicado sus hallazgos sobre los osos de las cavernas y osos pardos que habitaron en O Courel durante el Cuaternario, una periodo que se inició hace 2,5 millones de años y que llega hasta nuestros días, en la revista Quaternaire, creada en 1964 por la asociación francesa para el estudio de ese periodo y que cuenta con la ayuda del centro nacional de investigaciones científicas.

El coordinador del trabajo es el catedrático en Geodinámica Juan Ramón Vidal Romaní, quien explicó que se aportan datos sobre la coincidencia temporal de ambas especies en la zona, así como la dinámica de las poblaciones que emana de datos sedimentológicos, cronológicos y géomorfológicos.

Las averiguaciones realizadas en O Courel durante los últimos treinta años de intenso trabajo por parte de esos estudiosos les han permitido afirmar que durante el Cuaternario superior los osos pardos ocuparon las cuevas situadas en una altitud superior a las ocupadas por los de las cavernas. El último enfriamiento glaciar fue, dicen, la causa de la retirada de ambas especies de la sierra.

Los osos cavernarios se desplazaron hacia áreas más alejadas y topográficamente bajas, mientras que los osos pardos desaparecieron del registro fósil. Durante el Holoceno, y gracias a un aumento de la temperatura ambiental y después de la extinción del oso de las cavernas, los pardos colonizaron de nuevo O Courel, ocupando preferentemente las cuevas de altitud porque esta época coincide con un crecimiento de la presión humana en la zona.

En el estudio se recoge que se puede deducir que el oso pardo «toleró mejor la disminución de temperaturas y los cambios ecológicos asociados» y que su posible «mayor facilidad de adaptación debido a su dieta omnívora le permitió la supervivencia en condiciones ambientales adversas».

En el artículo de divulgación se incluye, asimismo, una detallada descripción de las cuevas en las que hallaron restos fósiles de estos animales. Se trata de las llamadas Tarelo, Pena Paleira, Parruña II, Arcoia y A Tara, incluyendo fotografías de algunas de ellas y esquemas sobre su morfología.

Uros

Un rasgo especial de una de estas cuevas es que también se hallaron restos de uro, el antepasado salvaje de la vaca doméstica, que se cita en Galicia por primera vez con seguridad ya que son restos craneales de morfología muy característica, según señaló otro miembro del equipo, Aurora Grandal.

Los estudios que se realizan sobre el uro son los clásicos en paleontología, pero también de tipo genético. En este contexto, añadió Grandal, «estamos colaborando con el proyecto internacional Taurus, dedicado a la reconstrucción de este animal antecesor de la vaca, mediante la colaboración de diversos equipos investigadores de varias universidades europeas».

La idea es buscar aquellas razas de ganado vacuno más parecidas, por su morfología y por su genética. Algunas que se van a utilizar en el proyecto podrían ser autóctonas de la comunidad autonóma de Galicia, como la limiá o la caldelá, por sus características de tipo primitivo.

DESCUBRIMIENTO
Humanos de hace 8.000 años

El instituto Isidro Parga Pondal ha encontrado restos humanos en una sima de O Courel con una datación tan antigua, de hace unos 8000 años. La profesora Aurora Grandal señaló que en Galicia existen otros yacimientos con restos de actividad humana mucho más antiguos, pero el hecho de tener restos óseos le permitirá realizar unos estudios muy concretos que pueden dar una información especial.

Estudios

El estudio del colágeno óseo permitirá reconstruir la dieta de este individuo. También está en realización el estudio genético del ADN mitocondrial de estos restos. El interés principal radica en que en fechas similares los pobladores neolíticos fueron colonizando el oeste de Europa, trayendo consigo novedades como son la agricultura y la ganadería, mientras que los antiguos habitantes aún se dedicaban a la caza y la recolección de vegetales. Por la genética es posible diferenciar a un tipo de otro, lo que nos dará una idea de si ese proceso de neolitización había comenzado ya en O Courel.

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