Una madre tiene que ponerle el botón gástrico a su hijo en el CHUO sin ayuda de los médicos

La mujer denuncia que ningún especialista acudió a ver al niño y que, ante la urgencia de la situación, tuvo que colocárselo ella misma
Trini Cañete y su hijo
photo_camera Trini Cañete y su hijo

Una madre asturiana ha tenido que colocarle a su hijo un botón gástrico mientras se encontraba en las instalaciones del Complejo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), ante la urgencia de la situación y al comprobar que ningún especialista acudía a ayudar al niño.

La mujer se encontraba visitando a una amiga en un pueblo cercano a Ourense, cuando a su hijo, con parálisis cerebral, se le cayó el botón gástrico. Este elemento se coloca en el abdomen, se conecta con el estómago y sirve para proporcionar alimentación.

Ante esta circunstancia acudieron rápidamente al hospital, ya que, tal y como relata la madre, Trini Cañete, en Facebook, "al caerse le queda un agujero en el estómago que si no le vuelven a poner el botón en menos de hora y media se le cierra y tendría que volver a entrar en quirófano para abrírselo". Se trata de una operación que tiene que hacer "un cirujano o un médico de digestivo". Sin embargo, prosigue, una vez en el centro médico, el pediatra de urgencia  "llamó a esos especialistas y ninguno quiso venir ni a verlo ni a ponérselo".

Ante esta situación y viendo que "su agujero se estaba cerrando", fue la propia madre la que se vio obligada a realizar ella misma la operación, "con la ayuda de mi amiga y las enfermeras" que le pasaban las gasas. Trini Cañete tuvo que limpiar la sangre para poder pasar la sonda y forzar, con mucho sufrimiento para el niño, para poder colocarle de nuevo el botón en un agujero que se estaba cerrando con mucha rápidez, según recogen varias cabeceras. 

Fue un momento en el que pasó "muchísimo miedo" al verse obligada a realizar una operación para la que no tenía conocimientos, "solo de haber visto cómo se lo cambian el hospital de Oviedo", afirma. 

"El propio médico de guardia nos dijo que era una vergüenza", señala Trini Cañete, muy enfadada ante una situación que califica de "surrealista".

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