Una lanza a favor de Karima

Belén Díaz, con una camiseta alusiva al conflicto saharaui. N. RODRÍGUEZ
photo_camera Belén Díaz, con una camiseta alusiva al conflicto saharaui. N. RODRÍGUEZ

La chairega Belén Díaz Castro pretende contribuir de forma activa a mejorar, al menos de forma temporal, el grado de bienestar de los niños saharauis, muchos de los cuales no han tenido oportunidad alguna de conocer realidades distintas a las que deparan las desérticas llanuras sobre las que se asientan los campamentos de refugiados.

Impulsada por este loable estímulo solidario, Belén puso en marcha hace meses una particular campaña altruista orientada a recabar fondos para financiar el viaje de Karima, una niña de apenas 9 años refugiada del campamento 27 de febrero, muy próximo a Tinduf, al amparo del programa Vacaciones en Paz.

Con esta iniciativa, su promotora no solo busca contrarrestar los efectos de la crisis, dado que los obligados recortes han llevado a algunas administraciones y a no pocas familias a priorizar otras necesidades antes de acoger durante los meses estivales a niños saharauis beneficiarios del programa Vacaciones en Paz.

A la reducción de las ayudas públicas prestadas por las administraciones locales, que costeaban los traslados de los niños procedentes de los campamentos saharauis -cerca de 900 euros- y a las que esta vecina de Castro de Ribeiras de Lea no podría acogerse este año porque el Concello de Castro de Rei no participa en el programa Vacaciones en Paz, se une también un importantísimo componente emocional.

La particular cruzada saharaui emprendida por Belén no es anónima ni generalista, sino que tiene una destinataria clara: Karima, la misma niña que durante los últimos dos veranos ya disfrutó de estancias estivales en la Terra Chá y compartió no pocas vivencias con los hijos de Belén, Diego y David, de 10 y 8 años, respectivamente, y con los que Karima parece haber hecho más que buenas migas.

La dimensión emotiva y afectiva de esta familia chairega con la pequeña Karima no hace más que valorizar la particular cruzada emprendida por Belén, quien, más allá de cuestiones estrictamente fiduciarias, pretende con su actitud atraer la mirada ciudadana hacia la causa saharaui, además de indicar el camino a recorrer a todas aquellas personas que, como ella, demuestren verdadero interés por convivir durante dos meses con un niño refugiado en el desierto.

El interés mostrado por Belén garantiza ya de antemano que Karima volverá a disfrutar de su tercer verano en la comarca chairega. Aun así, el laborioso trabajo ya desarrollado por esta altruista al amparo de la asociación autonómica Solidaridade galega co pobo saharuai, le ha permitido recabar ya fondos para costear la mitad del viaje de Karima.

«Coa venda de boletos para participar no sorteo dunha estancia nunha casa de turismo rural da comarca chairega conseguín xuntar máis de 400 euros», relató Belén, quien ahora confía en sumar una cuantía similar con la venta de camisetas alusivas a la realidad saharaui y en las que, de una u otra forma, se demanda la resolución de un conflicto enquistado que, muchas veces, se antoja también olvidado.

Saharauis en Terra Chá

La próxima edición del programa solidario Vacaciones en Paz traerá hasta la comarca chairega a menos de una decena de niños de los campamentos de refugiados del Sáhara, una cifra sensiblemente inferior a la registrada hace apenas unos años, cuando llegaron a coincidir en los municipios chairegos más de una veintena de niños saharauis.

La disminución del número de niños acogidos responde sobre todo a la sensible reducción del número de familias solicitantes, un hecho que, aún sin intencionalidad, exporta también nuestra situación de crisis al Sáhara.

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