El monasterio de San Salvador de Lourenzá esconde en su interior una de las joyas de la comarca, un relicario barroco en donde se conservan restos de una treintena de santos, lo que da idea de la importancia que tenía el centro. «Conseguir los huesos no era fácil y el que más tuviera era el de mayor categoría», explica entusiasmada Társila, que lleva años dedicada a explicar como guía la historia que encierran los muros.
«Es una preciosidad», asevera, mientras enumera uno a uno los santos y santas a quienes pertenecen los huesos, contenidos en figuras que los representan con una ventanita a la altura del pecho donde se pueden contemplar los restos. «Es de los mejores de España», afirma sobre el relicario, elaborado por Juan Baamonde en el siglo XVII y cuya policromía es obra de Francisco de Andrade.
Visitas guiadas para potenciarlo
Para facilitar la asistencia de los visitantes se han habilitado visitas guiadas en horario de mañana y tarde, en las que acompañados de un guía, será mucho más fácil conocer la historia del monasterio benedictino creado en el siglo X, y que fue también hospedería de peregrinos, y no se descarta que tuviera incluso un hospital. En su seno funcionó también un seminario menor hasta 1942. En la actualidad, la iglesia mantiene culto habitual.
