Una jornada del Cetal aboga por la unión de ganaderos para tratar los purines

Un momento de la ponencia de Aritz Lecuona, en el encuentro sobre residuos ganaderos. (Foto: Xesús Ponte)
photo_camera Un momento de la ponencia de Aritz Lecuona, en el encuentro sobre residuos ganaderos. (Foto: Xesús Ponte)

La agrupación de ganaderos se perfila como la mejor solución para el tratamiento de los purines que generan sus explotaciones. Así lo mantuvieron ayer en Lugo los expertos que participaron en una jornada sobre gestión de residuos agroganaderos, organizado por el Centro Tecnológico Agroalimentario de Lugo (Cetal).

«De lo que se trata es de dar salida a los excedentes de purines de las granjas y elaborar planes de fertilización conjunta» , explicó el responsable del Centro Tecnológico Giro de la Universidad Politécnica de Cataluña, Xavier Flotats.

De esta forma, dice, se analizan las cualidades de los residuos y se tratan tecnológicamente para adaptarlos a las necesidades de los terrenos a fertilizar. Esta actuación supone la aplicación de abonos orgánicos «de calidad» y la «valorización» de los purines, al verlos como «recursos a gestionar, en lugar de como contaminantes a eliminar».

Xavier Flotats lamenta, no obstante, que todavía resulta «difícil» poner de acuerdo a los ganaderos para que se sumen a este tipo de iniciativas «de futuro».

Esto no ocurre en Vila de Cruces, en Pontevedra, donde el próximo mes comenzará a funcionar un balsa de intercambio de subproductos para la gestión de residuos de porcino, un proyecto que presentó en la jornada la gerente de Trillium Consultores de Silleda, Marta González.

Se trata de una iniciativa pionera en España, que aúna a los ganaderos de porcino y de vacuno.

Proyecto pionero

La balsa de Oirós, en Vila de Cruces, recibirá los purines de diez granjas de porcino de la zona, que luego se destinarán a fertilizar más de 900 parcelas propiedad de titulares de granjas de vacuno.

«Esta operación permite eliminar la estacionalidad, ya que la época en que las explotaciones de porcino vacían sus fosas de purín no se corresponde con la mayor demanda de fertilizantes para abonar los campos. Con esta balsa, los residuos se pueden mantener y tratarse hasta que sean requeridos», explica Marta González.

El proyecto arrancó en el año 2007 y contó con el respaldo de la Consellería de Medio Rural, que lo convirtió en proyecto piloto al entender que se trata de una opción que «resuelve problemas y se prevé sostenible». La Xunta subvencionó la construcción de la primera balsa, cuyo coste asciende a los 300.000 euros.

«Es un precio elevado, pero hay que pensar que esta cantidad se amortizará enseguida ya que, permite a los ganaderos de porcino deshacerse de los purines, a la vez que supone un descenso en los gastos en fertilizantes químicos para los ganaderos de vacuno», explica Marta González. De esta forma, insiste, el beneficio será «económico y también medioambiental».

La ubicación de la balsa de acopio fue objeto de múltiples estudios previos, con el objetivo de reducir las distancias con las granjas, pensando en los costes de las cisternas dedicadas a la recogida y distribución de los purines. La media de distancia entre la balsa y cada una de las granjas participantes es, finalmente, de tan solo 3,2 kilómetros.

Si el proyecto funciona con éxito, se baraja ya construir otras seis balsas en la zona y su posible expansión a toda Galicia.

CAMBIO
Los residuos, de contaminantes a fertilizantes

Representantes de empresas e instituciones de toda España incidieron en la jornada del Cetal en la necesidad de avanzar en la transformación de los residuos ganaderos en materias primas. «Los purines se deben entender como una fuente complementaria de ingresos, y no como simples contaminantes que los ganaderos deben eliminar adaptándose a un sinfín de exigencias y normativas», aseguró Xavier Flotat.

Abonos y biocombustibles

El director general de Ekonek innovación en Valorización de Subproductos, Aritz Lecuona, se refirió a iniciativas singulares, como la que aprovecha los purines para generar biogas y calefactar las naves de la explotación, o la que los usa para elaborar abonos de liberación lenta.

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