Una estafa de película en Manhattan

El pintor chino Pei Shen Qian.
photo_camera El pintor chino Pei Shen Qian.

Ocurrió por casualidad. A finales de los ochenta, Carlos Bergantiños vio al chino Pen Shei Qian por primera vez en las calles de Nueva York, la ciudad a la que se había trasladado este vecino de Guitiriz con experiencia como camarero y que hizo historia como marchante de obras de arte. Ahora se sospecha que falsas.

BUENA PARTE de las comedias románticas de factura hollywoodiense arrancan cuando se produce un flechazo entre los protagonistas. Muchos de estos filmes escogen como escenario las calles mil veces filmadas en celuloide de Nueva York. La chispa puede surgir una tarde de patinaje en el Rockefeller Center. Es posible que él y ella -suelen ser hombre y mujer- se reconozcan por vez primera entre la hojarasca otoñal de Central Park.

Un encuentro fortuito en Nueva York dio origen hace veintitantos años a otra historia, la de la estafa en el mundo del arte más sorprendente de las últimas décadas.

Quien así lo establece no es ningún guionista para mayor gloria de Richard Gere o Julia Roberts, sino George Venizelos, el asistente del director de la oficina del FBI de Nueva York que procesa y firma los cargos contra los hermanos de Guitiriz José Carlos y Jesús Ángel Bergantiños y contra el pintor chino Pei Shen Qian.

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