Una despedida agridulce

Silvaje Aparisi, en el centro, con los integrantes del primer consejo parroquial de Cubelas (Foto: I.G. (AMA))
photo_camera Silvaje Aparisi, en el centro, con los integrantes del primer consejo parroquial de Cubelas (Foto: I.G. (AMA))

La renovación generacional en la Iglesia mariñana se torna más difícil si cabe con la marcha, por motivos de salud, del joven sacerdote valenciano José Emilio Silvaje Aparisi, que llegó hace algo más de tres años a la villa ribadense para encargarse, poco tiempo después, de doce parroquias, otros tantos cementerios y quince capillas.

El párroco deja el sacerdocio en medio de cierta polémica, tras haber sido implicado por algunos feligreses en la desaparición de dos imágenes del templo trabadense de Sante que aparecieron finalmente en una acera del pueblo laurentino de Santo Tomé. Aunque la investigación policial sobre lo ocurrido continúa, el administrador de la iglesia, el reverendo Silvaje, decidió retirar la denuncia por robo.

Afortunadamente para el joven párroco, numerosos vecinos le enviaron cartas y muestras de afecto y aprovecharon para recordar, asimismo, «todo o que ten feito polas parroquias ao longo destes anos na diócese de Mondoñedo».

Comienzos

Su llegada a la localidad ribadense fue pintoresca, ya que sufrió el ataque de una plaga de pulgas mientras oficiaba una misa en la iglesia de Cubelas a finales de noviembre de 2009. La noticia suscitó ciertas risas en el pueblo y también las del propio afectado, a pesar de que tuvo que afrontar un tratamiento a lo largo de varios meses hasta que desaparecieron los efectos de las picaduras.

La aplicación de la normativa eclesiástica vigente, en cuanto al pago por determinadas colaboraciones, como la de los campaneros, le granjeó, sin pretenderlo, un pequeño conflicto con los vecinos de Cubelas que blandían las campanas del templo desde hacía años, pero todo acabó en una mera anécdota puesto que, una vez aclarado el incidente, las relaciones con dichos feligreses fueron buenas.

El método más participativo y quizás más moderno con el que el sacerdote quería transmitir el mensaje cristiano, le llevó a implicarse de tal modo que logró crear, también en Cubelas, el primer consejo parroquial de la comarca oriental mariñana.

De esta forma, el párroco y una veintena de feligreses trabajaron juntos para, entre otras cosas, recuperar la Semana Santa del barrio que no se celebraba desde los años ochenta del pasado siglo; reparar la iglesia y promover la instalación de un aparcamiento. En el reportaje en prensa que se elaboró tras la constitución del citado consejo en mayo de 2010, los vecinos mostraron, emocionados, su agradecimiento al párroco por «ter posto moitos cartos do seu peto para facer moitas obras que se fixeron neste e noutros templos de Ribadeo».

También se interesó por que los niños y jóvenes pudieran divertirse, al tiempo que aprendían valores cristianos, y por ello organizó encuentros y excursiones familiares, como una por la ría que tuvo lugar el año pasado y que contó con la colaboración del presidente del Náutico de Ribadeo.

Por lo que respecta a los mayores, el párroco participó en el homenaje que la parroquia ribadense de Remourelle rindió, en marzo de 2010, a su vecina más longeva, Vicenta López, así como también intermedió para conseguir una bendición firmada por el Papa Benedicto XVI que le entregó, por su cien cumpleaños, a la feligresa vegadense, que reside en Porto, María Guadalupe Pérez.

Patrimonio

Su implicación con la conservación del patrimonio fue notoria. No en balde, consiguió que diez jóvenes valencianos pasaran dos veranos recuperando y limpiando iglesias de Ribadeo y de Trabada que estaban deterioradas. Este periódico se hizo eco, a su vez, de la recuperación que inició, junto a dos estudiantes ribadenses, de los libros parroquiales de localidades como Cubelas, Couxela o Arante, antes de ser enviados al archivo mindoniense. Asimismo, intermedió para lograr fondos y rehabilitar el templo de Villafernando, en Trabada.

CONSECUENCIAS
Quedan suspendidas las misas ordinarias en doce parroquias

Tras haber comunicado de manera oficial su marcha el propio párroco José Emilio Silvaje, precisamente la mañana del pasado domingo, un joven religioso les notificó a los feligreses de Arante que las misas ordinarias quedaban suspendidas hasta nuevo aviso en las doce parroquias que administraba. «Sólo se conservan las ya programadas y si surgen, algún cabo de año, entierro o misa sabatina», confirmó.

Reacciones

Los vecinos de Arante, a quienes Silvaje apoyó en su manifestación civil para que Diputación y Xunta reparasen el puente del pueblo que destruyó una riada, ahora arreglado, lamentan su marcha. «Le echaremos de menos», dijeron, sintiendo también «esas acusaciones».

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