Una celebración que no es tan universal

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Las celebraciones navideñas no son tan universales como parecen. En Lugo, también hay quien festeja la Navidad y el nuevo año siguiendo la tradición de sus países o de su religión. A veces, no coinciden ni las fechas.

Bouzidi Abdelhalim, Marruecos: «Para nosotros, el 24 y el 25 fueron días como otros cualquiera»
Bouzidi Abdelhalim vive en el año 1433. Esta familia marroquí, asentada en Lugo, ya celebró el año nuevo musulmán hace un mes. Una fiesta sin aspavientos. «Entramos en un nuevo año de nuestro calendario, pero no lo celebramos tanto como ustedes», afirma Bouzidi.

Sin alcohol, las entradas en el Año Nuevo musulmán se sirven sin champán. Tampoco se festeja la Nochebuena, incluso viviendo en Lugo.

«Le dejamos un regalo a la niña, pero comimos un pescado a la cena y nada más. Ni la Nochebuena ni la Navidad simbolizan nada. El 24 y el 25 fueron días como otros cualquiera», señala este marroquí residente en Lugo.

Chunjing, China: «Brindamos con champán, pero no bebemos vino en la cena»
La familia de Chunjing tiene un restaurante y un bazar chino en Lugo. En la mesa de Nochebuena, se juntaron unas veinte personas, entre trabajadores y familiares. Ellos, que proceden de una cultura totalmente distinta a la occidental y que no son católicos, importaron la Navidad. Por eso, el 24 se juntaron a comer y cenaron marisco, carne de cerdo asada, bollos y raviolis, entre otros manjares. Todos ellos muy diferentes a los que ofrecen en la carta de su restaurante.

«Suelen ser platos nuestros, pero también comimos marisco y brindamos con champán. Eso sí, no tocamos el vino. Cenamos con cerveza. Y otra cosa que tampoco hicimos fue comer postre», explica Chunjing.

Una cena en la que tampoco faltó la presencia de Papá Noel, otro personaje importado en Lugo por esta familia oriental. «Sí, vino y nos trajo regalos a todos. Los abrimos después de cenar y luego charlamos un buen rato», dice.

Ruth León, gitana: «Los regalos los damos por Reyes y la Nochevieja se hace en casa»
La Navidad calé es cante, cochinillo asado, rumba y la típica olla gitana, que lleva garbanzos, patatas, judías verdes, calabaza, tomate y cebolla. Ruth León, mediadora intercultural de la Asociación de Promoción e Integración del Pueblo Gitano, no conoce, en cambio, la olla gitana.

En su casa, se celebró siempre la Nochebuena con cordero y marisco, como cualquier familia paya. «Por Nochevieja no salimos. Los regalos los damos por Reyes, aunque ponemos el árbol de Navidad», explica, al tiempo que insiste en que la celebración gitana «no incluye, hoy en día, nada en especial que la diferencie de la paya».

Jorge Rodríguez,  Argentina: «Brindamos, casi siempre, con sidra y pan dulce por Nochevieja»

Jorge Rodríguez se acuerda, cada vez que llegan las navidades, de que «allá hace un calor que te mueres y acá nos helamos de frío». Sin embargo, en su Buenos Aires natal se come, por navidades, nueces, avellanas y almendras, por supuesto, de importación, como si en lugar de estar en el hemisferio sur estuviera unos grados de latitud más al norte. «Eso es normal porque los europeos que emigraron a América llevaron su cultura allí. En Argentina, comemos mucho pollo relleno, pavo, churrasco y cochinillo asado. Aquí se come más pescado: merluza, almejas... Más o menos, es parecido, aunque los postres son diferentes. Allá se sirve una ensalada de fruta rociada con un poco de alcohol», afirma Jorge Rodríguez, descendiente de gallegos y ahora ya de vuelta en Lugo. «Algo muy típico allá es brindar con pan dulce y, sobre todo, con sidra o champán. El cava prácticamente no se consume y las uvas, en la Nochevieja, tampoco», señala este argentino.

Sasha Savchuk, Ucrania: «El Año Nuevo lo festejamos entre el 13 y el 14 de enero»

Sasha Savchuk celebra la Navidad dos veces. Él y su pareja, Natalia, se reunieron con otros amigos en Nochebuena, en Lugo, y la festejaron. Dentro de unos días, volverán a hacer lo mismo, pero al estilo de su país, Ucrania.

«Nuestra Navidad se celebra el 6 de enero, justo cuando se acaba aquí. Y la noche del 6 al 7 de enero es la de Nochebuena. El Año Nuevo lo festejamos entre el 13 y el 14 del mismo mes», cuenta Sasha.

La mesa de Nochebuena en Ucrania se compone de doce platos gastronómicos diferentes pero todos ellos con una única condición: que la comida sea sin grasa. «¿Trabajo? No, no da mucho, porque esos doce platos son de comidas crudas o aperitivos, sin cocinar. Por ejemplo, uno de los platos típicos es el pescado crudo pero salado, tipo arenque.

Otro plato especial es el elaborado con leche de semilla de amapola, granos de trigo, miel, nueces y uvas pasas», afirma Sasha.

Pese a que las fiestas navideñas en Ucrania se celebran en enero, los niños reciben los regalos con anticipación, concretamente el 18 de diciembre, el día de san Nicolás. «San Nicolás les deja regalos a los niños debajo de la almohada», explica Sasha.

La tanda de regalos se repite también en la noche del 31 de diciembre al 1 de enero. «Esa noche un viejo trae regalos y los deja debajo del árbol, pero para toda la familia», cuenta Sasha, que señala que, pese a todo, también hay gente en Ucrania que celebra la Nochebuena el 24 de diciembre. «Son, sobre todo, familias de Polonia, donde profesan la religión católica y no la ortodoxa».

Muhamadi Guinko, Burkina Faso: «En nuestro país, el árbol de Navidad es un tamarindo»

Muhamadi Guinko, de Burkina Faso, pasará las navidades sin su familia, que se trasladó al país africano para hacer una visita a los parientes que se quedaron allí. Sin embargo, él también lo celebró en Lugo y se sentó a cenar con varios amigos en Nochebuena para degustar, entre otros manjares, mejillones, cordero, pollo, dulces o uvas. Todo ello, pese a que profesa la religión musulmana. Sí, soy musulmán pero, como también hay gente de nuestro país con otras religiones como católicos o evangélicos, decidimos celebrar la Nochebuena juntos. Las uvas,las tomaremos en mi casa», señala.

En esta familia, también se importó la Navidad lucense y así, se cumplirá con la costumbre de que los Reyes Magos dejen los regalos para los niños la noche del 5 de enero, mientras que a los adultos les tocó por Nochebuena.

Lo que sí cambia, sin embargo, es la ornamentación. En Burkina Faso no hay abetos, ni pinos. Por eso, el árbol de Navidad es el tamarindo, al que se le añaden, como adornos, además de las bolas, pañuelos de colores.

Eva Marshall, Estados Unidos: «El Día de Acción de Gracias es una celebración muy familiar, como la Nochebuena»

En casa de los Marshall, en Montirón, el día de Navidad comieron el ‘brunch’, «un desayuno muy grande, que se come entre las nueve y las doce y media de la mañana, antes del ‘lunch’ y que se compone de huevos, salchichas, frutas, zumo, café, leche y chocolate, como un desayuno de bufé de hotel», explica Eva Marshall.

Esta lucense se casó hace unos años con un pastor evangélico estadounidense, Ted Marshall, y se marchó a ese país, con sus dos hijos pequeños. Recién llegada la familia de Nashville, Tennessee, éstas son sus primeras navidades en Lugo en los últimos nueve años. «Así que decidimos celebrar la Nochebuena en casa de mi madre, manteniendo la tradición española, y en Navidad lo festejamos como en Estados Unidos, comiendo el ‘brunch’ y después, a las cinco, hicimos la cena, donde no faltó un pavo grande y una gran variedad de galletas y dulces, como hacíamos allá», explica Eva.

Ninguno de los dos hijos de Eva y de Ted, de 12 y 14 años, conocían el turrón. En Estados Unidos, no hay. Aquí, en cambio, tuvieron oportunidad de probarlo, además de las galletas de su madre que, en Estados Unidos, suelen regalarse también a los profesores.

Este año habrá Reyes Magos en casa de los Marshall. En Tennessee, sólo las familias latinas mantenían esta tradición, entre otras cosas, «porque, además, la escuela empieza ya el 2 de enero», dice.

La Nochevieja, en Estados Unidos, tampoco se celebra como en España. «No se sale tanto y se celebra más en casa, las iglesias suelen acoger fiestas especiales para los jóvenes, con juegos de mesa», explica Eva. Sin embargo, en su casa, no faltaban las uvas. «Siempre las tomábamos siete horas antes porque poníamos el canal internacional de TVE y, claro, por la diferencia horaria, allá era mucho más temprano», cuenta.

Esta familia no quiso renunciar, en cambio, al Día de Acción de Gracias, que se celebra el tercer jueves de noviembre en Estados Unidos y que tiene tanta o más tradición que la Navidad. «Es una celebración muy familiar, casi como la Nochebuena. Se come pavo y tarta de calabaza. El Día de Acción de Gracias lo instituyeron los emigrantes ingleses que llegaron a Estados Unidos y quisieron, de esta forma, dar las gracias por las buenas cosechas que obtuvieron en noviembre, especialmente de patata dulce y calabaza. Y decidieron conmemorar esto con estas hortalizas y con los pavos, que criaban», explica Eva.

En Lugo, no fue posible encontrar patata dulce y tampoco encontró un pavo entero. Así que Eva Marshall se las ingenió con unos muslos de pavo y un puré de patatas, posiblemente ‘kennebec’, a las que les añadió unas judías verdes.

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