Una antigua fábrica de calzado monfortina se convierte en museo

El propietario de Creaciones Rama, con actividad hasta 2002, enseñará gratis al público la maquinaria y el proceso productivo. Ramón Pérez prepara paneles que detallan las características de cada parte de la factoría, que se conserva en su estado original
Ramón Pérez, propietario de Creaciones Rama
photo_camera Ramón Pérez, propietario de Creaciones Rama

Los monfortinos de mayor edad recuerdan que los oficios tradicionales más arraigados en la ciudad del Cabe eran los relacionados con los sectores del ferrocarril y del calzado. Ahora hay menos ferroviarios y fabricantes de calzado, solo un par de ellos. Por eso, a medida que pasa el tiempo, aquellos oficios tan en auge y que tanto aportaron a Monforte pasan a convertirse en un recuerdo que muchos no quieren que se pierda. Primero fue el museo del tren y ahora le toca el turno al del calzado. 

En eso ha pensado Ramón Pérez González. Un exfabricante de calzado de A Estación que está manos a la obra con el museo. Este monfortino de 78 años, apasionado por la historia local, anhela que hasta sus últimos minutos pueda contar parte del pasado en la nave donde está su antigua fábrica de Creaciones Rama, en As Cruces. 

Ramón conserva todo tal y como estaba cuando cerró la factoría al jubilarse, una planta que montó para que sus tres hijos tuviesen un medio para ganarse la vida. "Trabajaron varios años los dos chicos, porque también tengo una hija. Lo llevaban perfectamente. Hice una gran inversión. Al principio no entraba mucho dinero pero luego, con una docena de trabajadores, llegamos a tener más de 400 puntos de venta en todo el noroeste y un catálogo que renovábamos cada temporada. Teníamos casi un millar de modelos", destaca.

Le gusta recordar aquellos tiempos y por eso desde que cerró la fábrica casi todos los días va hasta ella con la finalidad de mantener en buen uso la maquinaria y el resto de las instalaciones. Tuvo ofertas de compra, pero no de todo el conjunto. "Estuve dispuesto a vender el lote de maquinaria completo, pero nunca acepté deshacerme de las cosas por partes porque ya tenía la idea de conservar este aspecto de la historia de Monforte", señala y añade que "ahora quiero prepararlo todo para que sea el museo del calzado. Me falta hacer los paneles explicativos de cada zona y máquina para que no tenga que explicarlo todo a los que venga a visitarla, que lo podrán hacer de forma gratuita". 

Entrar de la antigua factoría es como hacerlo en el túnel del regreso al pasado. Pero en Creaciones Rama es todo real y las máquinas funcionan. De ello deja constancia a toda persona que entra allí porque aprovecha para darles un poco de movimiento.

"Me duele ver que cualquier máquina deje de funcionar por abandono, es decir, por no encenderla una rato. Muchas son históricas o lo serán y se merecen que se las cuide. Las máquinas no fueron hechas para convertirlas en simple chatarra. Te dan unos euros, por su peso, cuando algunas de las mías costaron 35 millones de pesetas", aduce. 

REGRESO AL PASADO. Es un verdadero privilegio ver toda la fábrica como si no hubiese pasado el tiempo. Todo está como antaño, como la zona de recepción de clientes, el despacho del dirección y una sala con un muestrario de zapatos y botas. Al lado hay una mesa para diseñar los modelos de y otra para realizar los patrones. 

Muebles, decoración y uno de los primeros ordenadores que hubo en Monforte están allí. "Siempre quisimos estar a la última", declara Ramón Pérez, quien recuerda que "la factoría se llama Rama por la unión de las dos primeras letras de su nombre y el de su hermano, que trabajó con él".

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