Un viaje de vuelta a la escuela

Un centenar de exalumnos de A Xestosa participaron en un reencuentro que ya es un clásico del calendario murés. Manuel Carballés y Manuela Pérsida fueron los homenajeados esta vez
Manuel Carballés, de 86 años, y Manuela Pérsida, de 80, fueron los exalumnos homenajeados este año
photo_camera Manuel Carballés, de 86 años, y Manuela Pérsida, de 80, fueron los exalumnos homenajeados este año

Alrededor de un centenar de exalumnos de la vieja escuela de A Xestosa, la antigua tallería muresa, se subieron a la máquina del tiempo para hacer un viaje de un día y regresaron a la escuela.

Rodeados de compañeros de pupitre, entre generaciones de «los mayores» y de los últimos que pasaron por la escuela -sus puertas estuvieron abiertas de 1923 a 1986-, los antiguos alumnos disfrutaron entre recuerdos.

Manuel Carballés, de 86 años, y Manuela Pérsida, de 80, fueron los exalumnos homenajeados este año y se mostraron «agradecidos» y «contentos». «Eu fun pouquiño, eran tempos difíciles, pero gustábame ir», explicaba Manuela tras recoger su placa, mientras su compañero de homenaje, Manuel, relataba el camino a casa, «sempre brincando», y tantas de las cosas que aprendió: «Os números, as letras, a escribir...».

«Cando quentaba o sol había que traballar e non podía ir á escola, pero fun dos que tiven a sorte de poder ir bastante. Meus pais eran caseiros. E había mestres moi bos, e tamén malos -dijo entre risas-, pero iso si, coa vara nunca me deron», apuntaba el homenajeado mientras la gente se agolpaba entre las fotos antiguas para dejar aflorar los recuerdos y viajar más rápido al pasado.

«Eu son esta», decía Josefa Cal, mientras señalaba a una niña en una foto en blanco y negro. «Xa pasaron anos. Recordo frío na escola», comentaba, y junto a Lola Requeijo, que fue compañera suya, recordaba los nombres de los otros jóvenes de la imagen.

«Cando saín da escola fun para casa do mestre, don José, a axudarlle a coidar os fillos, tiña tres. Na escola pasabámolo moi ben, pero eu era do equipo dos cativos, gustabame máis andar con eles que coas nenas», rememoraba entre fotos antiguas Marisol Cal.

«Don José era un gran profesor, un artista, dibujaba con tizas de colores que era una maravilla», recordaba Arxira Durán, una antigua alumna de A Xestosa que se acabó convirtiendo en maestra fuera de su localidad natal: «Mientras que se haga esta fiesta y pueda, vendré siempre, por el hecho de reencontrarnos».

«A idea é mantela o máximo tempo posible. Á xente gústalle», apuntaba Antonio Pereiras, uno de los grandes promotores de conseguir reunir a los antiguos alumnos de A Xestosa durante los últimos siete años.

Como ya marca la tradición, en la Xuntanza de Escolares hubo misa, comida y juegos tradicionales por la tarde, a los que se sumaron actuaciones musicales y un clásico, «el milagro» de una fuente que convierte el agua en vino para alegría de los asistentes. En esta ocasión, además, a la muestra de fotos y de antiguos recuerdos de la escuela se sumaron varias ediciones de libro ‘Solo XXIV Sonetos’, de José María Núñez Pérez, que incluye uno a Matilde Bravo, una de las profesoras de A Xestosa.

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