Un templo del exotismo

Personal de la Taberna de Baco, en las instalaciones. (Foto: Toño Parga)
photo_camera Personal de la Taberna de Baco, en las instalaciones. (Foto: Toño Parga)

Las grandes bacanales organizadas en secreto en Roma y con las que los ciudadanos honraban a Baco convertían arboledas y espacios comunes en lugares donde la comida y el vino circulaba por doquier. Nada escapaba a los estómagos de los comensales e incluso hoy un templo en el Líbano podría estar relacionado con este dios. Pero los paladares se han vuelto selectos en los últimos tiempos y la cocina ya no consiste en platos con grandes montañas de comida, sino en bocados exclusivos que sorprendan al cliente. Eso es lo que hace La Taberna de Baco, que a finales de julio decidió renovarse e introducir en su carta recetas internacionales e innovadoras.

La apuesta de este establecimiento convive ahora con tres ingredientes fundamentales: el pollo, el huevo y los langostinos. Lo hace porque estos tres están quizá entre los integrantes más comunes de las cocinas de medio mundo y, por tanto, ofrecen un amplio abanico de posibilidades para el comensal. Con ellos se elaboran delicias como el nido de tempura con huevo frito, el arroz cremoso con langostinos o los medallones de pollo al sésamo con crema de garbanzos.

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