El presidente de la Asociación de Taxi Libre de Viveiro, Marco Paraños, es el primero del municipio en contar con taxímetro en su vehículo para la prestación del servicio. El empleo del dispositivo, que funcionará con tarifa urbana e interurbana, será obligatorio a partir del 14 de junio próximo para los concellos de más de 10.000 habitantes.
El Ayuntamiento de Viveiro tiene que tramitar ante Transportes de la Xunta los precios para el área urbana, "pois pola baixada de bandeira non se pode cobrar o mesmo que en Madrid", y definir los límites territoriales hasta dónde podrá cobrarse, tales como Landrove, Area o Las Sirenas, competencia de la Policía Local. A partir de esos regirá la interurbana.
El equipo incluye un módulo exterior luminoso que señala la disponibilidad y la tarifa aplicada en cada momento. Los profesionales del taxi deberán llevarlo operativo, ya que de lo contrario se arriesgan a una sanción. Si el Concello no define en tiempo los precios, los taxis deberán llevar apagado el taxímetro en la zona urbana y conectarlo en la interurbana. El equipo, ubicado en la parte delantera central del vehículo, lleva además impresora para expedir la factura.
La instalación del aparato ya supuso un gasto superior a mil euros a este profesional, quien indica que algunos concellos ya otorgan subvenciones para ayudar a la adaptación del sector. Viveiro va con mucho retraso, pues ya hace un año que debía contar con ordenanza reguladora adaptada y aún no la tiene aprobada.
Solo sola empresa de Lugo instala los dispositivos, que deben estar precintados, homologados y verificados por el órgano competente de metrología. Por esta razón, está a tope de trabajo y es previsible que se vea desbordada en las próximas semanas al dejar para el último momento la adaptación. Una vez activado el módulo electrónico, que puede conectarse en la propia firma otro día o en un taller mecánico, aún tendrán que pasar revisión en la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) para verificar que está correcto.
