Ficha Técnica:

3-0. Un Sporting con dudas gana a un verde Sevilla Atlético

La grada del Molinón protesto el ánimo de sus jugadores que solo se mostraron sólidos en labores defensivas
Encuentro que enfrentó al Sporting de Gijón y el Sevilla Atlético
photo_camera Encuentro que enfrentó al Sporting de Gijón y el Sevilla Atlético

El Sporting de Gijón ha solventado con claridad el compromiso ante el filial del Sevilla (3-0), pero no ha despejado las dudas sobre su juego, en especial en una primera parte en la que los aficionados locales han vuelto a mostrar su descontento con el fútbol que ofrece su equipo.

El Sporting necesitaba no sólo vencer si no convencer en su partido ante el Sevilla Atlético, último clasificado, para evitar que la incertidumbre por el mal juego del equipo de las últimas jornadas siguiera aumentando.

Desde un inicio se pudo comprobar que los locales seguían faltos de ideas y que si robaban un balón lo perdían inmediatamente, lo que hizo que fuera el filial sevillista el que controlase el juego, con Eteki dominando el centro del campo.

El juego estaba lleno de imprecisiones y pérdidas de balones que empezaron a levantar las primeras protestas desde la grada, hasta que el Sporting tuvo la primera gran ocasión en un absurdo penalti de Carmona sobre Santos, que Caro en la dinámica del partido, se encargó de errar.

Los rojiblancos se adelantaron en el marcador por mediación de Scepovic que, en un uno contra uno con el portero, vio como éste le sacaba un balón claro pero la defensa no estuvo atenta y el esférico volvió a pies del delantero sportinguista tras un fallo de Berrocal, que esta vez no perdonó.

SEGUNDA PARTE. La segunda parte no pudo iniciarse de mejor manera para los locales, ya que cuando apenas habían transcurrido tres minutos un córner lanzado por Carmona fue rematado con una gran volea por Sergio Álvarez, que coló el balón al fondo de la red.

Con desventaja de dos goles en el marcador los sevillistas buscaron maquillar el resultado pero la defensa local siempre estuvo atenta y solventaba las acciones de los visitantes sin mayores problemas.

El Sporting cerró el partido a falta de un cuarto de hora con el segundo gol de Scepovic, que remató de cabeza un centro de Pablo Pérez ante la pasividad de defensas y portero rivales.

La última bronca fue para Carlos Castro que fue el encargado de lanzar otro absurdo penalti, este de San Emeterio a Calavera y que el delantero rojiblanco quiso marcar de vaselina que Caro acertó a despejar.

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