Un resquicio

Artur Mas planteó una alternativa de elecciones plebiscitarias hacia la indepedendencia a 2016 con una candidatura única. Pero también presentó como vía posible el diálogo. La opción del referendo la ve como utopía irrealizable. Admitió, como una opción al problema actual, estar dispuesto a escuchar las propuestas que se formulen «desde el Estado».

Las encuestas no apuntan, de momento, a una mayoría absoluta para el soberanismo. Un cambio en la comunicación, que anunció Rajoy, debería poner fin a los sobreesfuerzos de adoctrinamiento uniformistas, de visión unilateral, desde los medios públicos.

Informe semanal
podría incluir, para equlibrar el pasado sábado, uno sobre Alemania, con el Tribunal Constitucional en Karlsruhe, el «CNI» alemán en Múnich o el Bundesbank en Fráncfort. Debería aprovecharse cualquier resquicio para el diálogo y encontrar salidas que corten los maximalismos. Eviten los riesgos de inestabilidad política y económica que representen un retroceso para España.

A menos
La pérdida de población en Galicia, más acentuada en el interior como Lugo, es una alarma que se dsipara últimamente de forma reiterada. En el diagnóstico del problema -población, no baja natalidad- debe encontrarse como un componente fundamental la economía y las perspectivas laborales, de encontrar empleo.

La población crece cuando la economía crece y se genera empleo. La población emigra, como los jóvenes ahora, por falta de perspectivas para encontrar un empleo. Los políticos en el Senado, o donde sea, podrán pactar y acordar medidas para fomentar la natalidad y políticas positivas y reales de apoyo a la familia. En muchos aspectos son carencias crónicas y escandalosas en un país que hace grandes proclamas en este campo de defensa de la familia pero que falla en las políticas de apoyo práctico.

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