Un problema técnico impide terminar el boquete en el casco del 'Santa Ana'

Un problema técnico en la lanza térmica con la que los buzos pretendían abrir un boquete en el casco del barco Santa Ana ha frustrado esta tarde sus esperanzas de acelerar las tareas de búsqueda de los cuatro tripulantes aún desaparecidos, tras el naufragio el pasado lunes a media milla del Cabo Peñas.

Los especialistas en actividades subacuáticas intentaban romper el casco del pesquero para liberar escombros y poder acceder con mayor prontitud al lugar en el que podrían hallarse los cuerpos de los cuatro tripulantes que siguen desaparecidos, después de que cuatro cadáveres fueran recuperados y exista solo un superviviente.

Un problema técnico ha impedido al dispositivo romper el casco del buque, en el que con una lanza térmica pretendían abrir un boquete de un metro y medio cuadrado en el costado de estribor del pesquero, a la altura del puente de navegación, coincidiendo con un camarote.

La intención del operativo de rescate, que conforman una treintena de buzos de la Guardia Civil y de Salvamento Marítimo, era abrir un hueco en el casco del pesquero mediante una lanza térmica.

En plena maniobra, uno de los buzos rompió el traje por un roce, que provocó la entrada de agua en el traje y le ocasionó una hipotermia por lo que tuvo que ser sustituido, momento en el que se comprobó que la lanza térmica había dejado de funcionar.

La apertura de la vía de acceso al pesquero facilitaría el desescombro en el barco, que además de los enseres contiene 2.500 cajas de pescado.

Ante la imposibilidad de llevar a cabo esta maniobra, los especialistas en actividades subacuáticas han optado por una maniobra in extremis, con la visibilidad ya reducida por el ocaso del día, en la última inmersión de la jornada a través del puente de mando.

A primeras horas de la tarde, el director de Operaciones de Salvamento Marítimo, Joaquín Maceiras, había revelado que en la sesión matinal los buzos inspeccionaron y comprobaron que en los cuatro camarotes de cubierta así como sus correspondientes baños y pasillos no estaban los cuerpos de los tripulantes desaparecidos.

La investigación ha quedado centrada a partir de entonces en la proa de la embarcación, en la que hay tres camarotes, y también en la sala de máquinas.

DESESPERACIÓN CADA VEZ MAYOR ENTRE LOS FAMILIARES
La angustia de los familiares y amigos de los desaparecidos al cumplirse el séptimo día de búsqueda es cada vez mayor a la vista de las dificultades para obtener resultados positivos, algunos de ellos presentes en las instalaciones de la Autoridad Portuaria de Avilés. Los hay incluso que profieren duras críticas contra la gestión del rescate.

Mañana, lunes, está previsto retomar las tareas para la apertura definitiva del boquete con un nuevo equipo de lanza térmica.

El segundo patrón del barco, Manuel Simal Sande, de 50 años y vecino de la localidad coruñesa de Muros, ha sido el único superviviente del siniestro en el que perdieron la vida el primer patrón, el portugués Francisco Gomes; el cocinero gallego Manuel Indalecio Mayo, el mecánico indonesio Suherman Hasan y el marinero gallego Lucas José Mayo, cuyos cadáveres fueron recuperados.

Siguen desaparecidos el gallego Manuel María Tajes (mecánico); el joven asturiano Marcos del Agua Chacón, alumno en prácticas; el contramaestre portugués Víctor José Farinhas Braga, y el marinero indonesio Wasito.

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