Un nómada en el País del Sol Naciente

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Furaibó, que significa libre como el viento, es la arcaica palabra que usaban en Japón para nombrar al madrileño, afincado en Luarca, Pedro Gilthoniel, cuando le veían acercarse con su mochila-casa a cuestas. Su viaje en solitario, de 2010 a 2011, le permitió convivir con siete culturas asiáticas de la estepa siberiana, Mongolia, Japón, China y el Tíbet. El pasado 8 de marzo narró su aventura para National Geographic en la Gran Vía de Madrid y esta tarde lo hará, en inglés y en Ribadeo, en un encuentro abierto al público, que tendrá lugar en la Escuela Oficial de Idiomas, a las 20.45 horas.

«He viajado en solitario, sin mi teléfono móvil, sin cámara de fotos, avión o internet, con mi mochila al hombro, repleta de libros y siguiendo los pasos de la ruta de la seda y de Marco Polo», describe este profesor de inglés y español, de 37 años de edad, marcado por la figura del legendario viajero veneciano del siglo XIII. Desde que leyó de niño sus obras, no dejó «de soñar con llegar a Japón», asegura y puntualiza: «Más tarde descubrí que él nunca alcanzó lo que llamaban en China el Cipango y eso supuso para mí un reto aún mayor: cruzar Asia Central para llegar hasta el País del Sol Naciente».

Pedro Polo, como le han apodado sus amigos, dotó de un sentido antropológico su viaje de 13 meses por Oriente: «Con las distintas minorías étnicas que me salían al paso, me centré en dos disciplinas de estudio: por un lado, la música y por otro, la literatura tradicional», expone.

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