Jacinto A. G., implicado en el caso de elaboración de piensos con ADN de perros, tiene una nave en el polígono industrial de Monforte, frente al matadero municipal. Natural de Viana (Ourense) y casado con una empleada de banca que trabaja en Escairón (O Saviñao), lleva una decena de años instalado en la ciudad del Cabe, donde se dedica, según las fuentes consultadas, a la adquisición de pieles de bovino, ovino y caprino, pero también a la compra de grasas, vísceras y despojos de animales.
Según fuentes cercanas a Jacinto A.G., este trabaja con diferentes mataderos de Galicia, donde adquiere los despojos para transportarlos a la planta de tratamiento ubicada en Salamanca, la firma Fernando Corral e Hijos. Las personas consultadas aseguraron que el vecino de Monforte tendría todos los papeles en regla, pues únicamente ejercería de transportista, desconociendo qué se hacía en Salamanca con los materiales especificados de riesgo (MER) que llevaba, concretamente si eran destruidos, como exige la normativa sanitaria, o pasaban a formar parte de la base de piensos.
Las mismas fuentes no dudaron en señalar que ahora entendían el porqué del buen precio que pagaba la factoría salmantina por los despojos en comparación con otras empresas similares existentes en otros puntos de España
