Un matrimonio de Burela denuncia su situación límite y la falta de ayudas

El hombre arrastra una lesión por un accidente laboral que le impide trabajar y la mujer padece problemas de salud, entre ellos fibromialgia
La pareja, en el salón de su casa
photo_camera La pareja, en el salón de su casa

Un matrimonio de Burela, de 52 y 57 años, quiso hacer pública este viernes la dificil situación por la que atraviesa debido a su delicado estado de salud y a la falta de ayudas que les está llevando al límite de sus posibilidades. "Es horrible vivir así, porque fuimos tirando de los ahorros de toda la vida trabajando hasta ver si mejorábamos y podíamos volver a trabajar, pero ahora se están acabando y seguimos sin tener ninguna solución", asegura la mujer.

El hombre, fontanero de profesión, sufrió un accidente laboral hace ahora ocho años del que arrastra una lesión en la clavícula derecha. "Estaba trabajando en Formentera de encargado y sufrí una caída, por la que estuve dos meses de baja", explica, "los médicos me dijeron que la clavícula soldaría sola y al pasar los dos meses volví al trabajo, aunque siempre tuve muchas molestias, hasta enero de 2014 cuando me vine para Burela". El hombre asegura que tiene dolor, que se le duerme el brazo derecho y que no tiene fuerza, por lo que una vez aquí volvió al médico: "Me remitió al traumatólogo y me dijo que dado el estado de la lesión ahora ya no se podía hacer nada, porque no fuera atendida desde el primer momento".


"Estábamos mal, pero ahora el regalo de Reyes de recibir la negativa a la incapacidad permanente es la gota que colma el vaso"


Desde su llegada a Burela, el hombre estuvo en el paro y después cobró la baja ante la imposibilidad de trabajar e inició la tramitación para una incapacidad permanente que le acaba de ser denegada. Según el informe, emitido el día 29, el hombre no presenta "grado suficiente de disminución de su capacidad laboral". "En estas condiciones yo no puedo trabajar, si no me dan la incapacidad que me den algún tratamiento o que me traten para que pueda recuperar mi actividad", dice.

Su situación vino a agravar la que ya sufría su mujer, que desde hace diez años no puede trabajar a causa de la fibromialgia que padece. Además sufre el factor V de Leiden, que afecta a la coagulación de la sangre. "Pasé de ser una persona activa y trabajadora a tener una vida que va de la cama al sofá, ni siquiera puedo hacer las cosas de casa, porque tengo el lado izquierdo prácticamente paralizado", explica. La mujer también lamenta la atención que sufrió en el hospital a principios del mes pasado, cuando después de pasar la noche ingresada y haber sufrido sangrados le dieron el alta. En este sentido, también critica que tiene una pauta para el tratamiento del Sintrom y que tiene que ir al hospital, a pesar de que le resulta muy complicado salir de casa. "Muchas veces viene una enfermera que me lleva tratando mucho tiempo, prácticamente por pena, para que no me desplace al hospital", asegura.

"No puedo estar de baja porque no estoy trabajando y para conseguir ayudas tengo que hacer algún curso del Inem, pero no tengo salud para salir de casa", afirma y recalca que en todo este tiempo no han recibido ninguna ayuda de parte de los servicios sociales. "Pedimos ayuda para una mujer que nos pueda echar una mano, porque yo no puedo hacer prácticamente nada por mí misma y a él le resulta difícil ayudarme por su lesión", lamenta. "En todo este tiempo solo nos ayudó dos veces el sacerdote a pagar el alquiler del piso, que el dueño ya nos bajó porque no podíamos pagar", dice.

Ambos se sienten "discriminados" y abandonados "y cada año que pasa será peor", lamentan. "Estábamos mal, pero ahora el regalo de Reyes de recibir la negativa a la incapacidad permanente es la gota que colma el vaso", asegura la mujer, que sin más familia que una hermana no alcanza a ver un horizonte a su situación. Recurrirán la nulidad de la incapacidad del hombre, aunque reconocen no tener muchas esperanzas.

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