Descubrir en una mañana de agosto a un japonés hablando gallego en Burela tiende al surrealismo, aún siendo esta localidad un crisol de culturas y de nacionalidades diferentes. En cambio, sus palabras brotaban con suavidad, con naturalidad, como si llevara unos cuantos lustros entre nosotros, paladeando caldo gallego en vez de sushi. Es Tadashi Yamamoto, que acompañado de su mujer Kazumi, fue recibido ayer en el Ayuntamiento de Burela por el alcalde, José María González Barcia.
Un encuentro que tiene su germen en una vieja amistad: la del regidor popular y su exalumno Moncho Paz, periodista y amigo de la pareja asiática. Esas coincidencias trajeron a Yamamoto a Burela, un hombre enamorado de Galicia desde la primera vez que lo visitó, hace siete años.