Cuando Francisco Fernández Liñares se sentó por primera vez delante de la jueza Pilar de Lara y comenzó su declaración reconociendo su corrupción y mostrando su supuesto arrepentimiento, lo hizo teniendo una idea bastante clara del alcance de la operación Pokemon y de la que se le venía encima. Y lo sabía, pese a llevar dos días detenido e incomunicado, porque un guardia civil lo visitó en el calabozo y le pasó la información que se conocía hasta el momento sobre los otros detenidos, entre ellos sus propios cómplices en buena parte de sus delitos, como José María Tutor, Javier Reguera o Manuel Santiso.
Se da la circunstancia, además, de que este guardia civil es marido de una mujer que, posteriormente, también acabó imputada en el caso Pokemon. Se trata de una funcionaria a la que supuestamente Liñares había ayudado a aprobar el examen, muy amiga de la hermana del exconcejal. Se cree que uno de los relojes antiguos que se hallaron en el chalé de Liñares, que era muy aficionado a ellos, se lo regaló esta mujer como agradecimiento por el favor. Es uno de los más valiosos de los que poseía, valorado en unos 1.800 euros.
INVESTIGACIÓN. Entradas y salidas de divisas
- La jueza Pilar de Lara, tras comprobar la estrecha relación de este guardia civil y su esposa con Liñares y su familia, desconfió y encargó un informe a la Agencia Tributaria sobre las propiedades y cuentas del matrimonio.
«Esto es un daño más extenso porque hace daño al partido y a la cosa»
La conversación grabada entre el guardia civil y la mujer de Liñares deja pocas dudas, aunque una de ellas tiene que ver con las filiaciones políticas Lo que sigue es un resumen de la transcripción:
Esposa de Liñares: ¿Dónde está?, porque no sabemos nada de él.
Guardia Civil: Porque está incomunicado...
E.L: ¿Está en la comandancia de Lugo?
G.C: Sí, pero no se le puede ver ni nada... Pero me dio el número de teléfono...
