Un grupo vecinal intenta revivir el hermanamiento con Loctudy

Viajan a la localidad francesa en un autobús que ellos mismos fletaron acompañados del edil de cultura o el presidente del Náutico
Recibimiento a una delegación de Loctudy, en 2006
photo_camera Recibimiento a una delegación de Loctudy, en 2006

Un grupo de vecinos del municipio de Ribadeo viaja a la localidad bretona de Loctudy con el objetivo de tratar de revitalizar el hermanamiento que se formalizó en 2005 durante el mandato del socialista Balbino Pérez Vacas. Este grupo está conformado por un buen número de personas que hace ya un tiempo se plantearon la posibilidad de retomar aquella idea que en su momento hizo que un grupo de ribadenses visitase el pueblo francés y viceversa.

Esta agrupación de ribadenses cuenta con apoyo municipal y de hecho viaja con ellos el concejal de cultura, Farruco Graña, como un miembro más de la expedición que tiene por el momento como principal objetivo tratar de restablecer unos lazos que quedaron olvidados unos años después de las visitas entre localidades.


El paso del tiempo hizo que poco a poco los intercambios se fuesen espaciando más en el tiempo y fuesen decayendo


Hace aproximadamente un año que el grupo comenzó a trabajar de la mano de Anxo Martínez y constituidos como asociación podrán optar a las subvenciones que reciben este tipo de colectivos tanto del Ayuntamiento de Ribadeo como de la Diputación provincial.

En la expedición viaja el presidente del Real Club Náutico de Ribadeo, Ramón Acuña. Precisamente su entidad está particularmente interesada en la recuperación del hermanamiento dado que Loctudy es una localidad de clara vocación turística en la que existe un amplio puerto deportivo con el que es posible establecer un intercambio de estas características.

CARÁCTER. Por lo demás, tratarán de revitalizarse igualmente los lazos culturales entre ambas zonas, como se hizo con muchas otras localidades mariñanas en las que, como sucedió con Ribadeo, los hermanamientos acabaron por ir poco a poco cayendo en el olvido. Así, Foz estaba hermanado con Tregastel, Viveiro con Lannion, Mondoñedo con Treguier y Burela con Concarneau.

Todos estos hermanamientos comenzaron con un gran impulso que incluso propició la creación de un colectivo que se encargó de su promoción y organización que estaba coordinado por Philipe Le Goff, que se encargaba de buscar localidades con características parecidas que podían hacer que el hermanamiento cuajase.

Los intercambios de visitas se sucedieron y fueron particularmente intensos en los casos de Viveiro o Mondoñedo y algo menos en Ribadeo o Foz, en tanto que Burela fue la localidad que menos se prodigó en actos conjuntos.

El paso del tiempo hizo que poco a poco los intercambios se fuesen espaciando más en el tiempo y fuesen decayendo. Este proceso fue diferente en función de cada localidad. De hecho, Ribadeo fue de los últimos lugares de A Mariña que mantuvieron sus hermanamientos activos.

Al margen de estos con esa zona de Francia existen algunos otros por motivos diferentes, como por ejemplo el que mantiene el Concello de Cervo con un municipio italiano que tiene exactamente su mismo nombre.

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