Un gran reto y una revancha

HABRÁ GUSTADO más o menos. Se le podrán poner miles de objeciones. Pero lo que no deja es indiferente. Ríos de tinta van a correr desde ya tras conocerse los emparejamientos de los cuartos de final de la Liga de Campeones 2013-14, a priori la más dura e igualada de los últimos años. No en vano, la Champions ha sido este año más inflexible que nunca y no ha dejado siquiera una mínima rendija para que se colara en los cuartos de final alguno de los ocho segundos clasificados en la fase de grupos. Con la excepción quizá del Juventus, condenado al purgatorio de la Liga Europa después de ser incapaz de superar la primera fase, en el bombo de ayer en Nyon estaban todos los que debían estar.

Ahí aparecían clásicos indiscutibles del torneo como Bayern Múnich, Barcelona, Chelsea o Real Madrid, gigantes venidos a menos como el Manchester United, el poder emergente que representa el París Saint Germain, el subcampeón de Europa (Borussia Dortmund) y la gran sensación europea de la temporada, el Atlético de Cholo Simeone y Diego Costa.

Todos concurrían sabedores de que no quedaban rivales de segunda fila, que el cruce en cuestión iría del grado de duro al de durísimo sin más matices. Y así fue. El resultado del sorteo arroja miles de lecturas. Por ejemplo, el desafío mayúsculo que para Barcelona y Atlético va a suponer medir sus fuerzas en Europa y a estas alturas de la temporada. La igualdad ha presidido los tres encuentros en que ambos equipos se han enfrentado en la presente campaña. Valga como ejemplo un dato: dos goles, uno por barba, tras 270 minutos de juego. Azulgranas y rojiblancos no conocen la victoria en sus enfrentamientos directos este año tras el 1-1 de la ida de la Supercopa en el Calderón, el 0-0 de la vuelta en el Camp Nou y, de nuevo, el 0-0 del partido liguero jugado en el campo del Atlético. Para el conjunto colchonero es una prueba de verdad. También para el Barcelona, al que se le avecina un mes durísimo con el doble enfrentamiento ante el Atlético, el partido de mañana en el Bernabéu, decisivo para su suerte en la Liga, y la final de Copa del Rey, de nuevo ante el Real Madrid, el 16 de abril.

Más fortuna, relativa, tuvo el Real Madrid. Le tocó en suerte un rival al que ya conoce y que ha bajado un tanto sus prestaciones respecto al pasado curso. Ya no sorprende, por visto, el dinamismo y poderío ofensivo del Borussia Dortmund, sin opciones en la Bundesliga, ya sin Mario Götze en la plantilla y con numerosos problemas en defensa (Subotic está descartado para lo que resta de temporada y Piszcek no termina de recuperarse plenamente de sus problemas). He ahí el gran problema del Dortmund esta temporada, las lesiones, junto a la mencionada marcha de Götze al Bayern -su sucesor, el armenio Henrihk Mktitarjan, ha tenido buenos momentos en la temporada pero el equipo ya no juega de memoria con él-.

Una auténtica tortura ha sufrido el equipo amarillo con los problemas físicos de sus jugadores, de los que se han librado el desequilibrante Marco Reus y el turco de cristal Nuri Sahin. A los mencionados de Subotic y Piszcek se unen los de Gundogan -prácticamente inédito durante el curso- y Bender, dos hombres fundamentales en la sala de máquinas de Jürgen Klopp. Por si fuera poco, Robert Lewandowski, que apura sus últimos partidos con el Borussia antes de emprender la aventura de unirse al Bayern, estará ausente por sanción en la ida. Todo un alivio para Carlo Ancelotti y sus defensas. Éstos sufrieron como pocos al ariete polaco en el duelo de semifinales del pasado curso -los cuatro goles del Dortmund en la ida los marcó Lewandowski, que sometió a Pepe a una suerte de gota malaya futbolística-.

Pero, no obstante, seguro que a Jürgen Klopp, y sus muchachos les pone medirse con el Madrid, tras los cuatro partidos entre ambos equipos del año pasado. Tanto como al Madrid, porque, no cabe la más mínima duda, hay ganas de revancha por Chamartín.

Altamente equilibrada se presenta la eliminatoria entre París Saint Germain y Chelsea, dos equipos que tienen en común el hambre de gloria, y el Bayern de Pep Guardiola es indiscutible favorito en el duelo ante el alicaído Manchester United, reo de la nostalgia tras la marcha de Alex Ferguson, junto a Matt Busby el hombre más importante en la historia del legendario club mancuniano. Sin embargo, por Old Trafford queda aún una esperanza con nombre holandés, Robin van Persie, héroe de octavos con sus tres goles ante el Olympiacos. Ojo con él.

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