Un gran dispositivo desafía a la montaña en busca de los restos del A320

Un impresionante dispositivo técnico y humano desafi este miércoles a la montaña y al clima para acceder a la zona de los Alpes franceses donde desde el pasado martes se extienden los restos del avión que se estrelló cuando cubría el trayecto entre Barcelona y Düsseldorf.

Nueve helicópteros se relevaron, sin tregua, durante todo el día para llevar hasta la zona a gendarmes, militares, investigadores y forenses, en un auténtico "puente aéreo" que solo se detuvo con la caída de la noche.

En el lugar trabajan 400 gendarmes y militares, 300 bomberos y muchos investigadores.

La vía aérea aparece como la única viable para llegar a la zona montañosa, escarpada, donde los restos del aparato, prácticamente pulverizados, se extienden en un área de cuatro hectáreas, al igual que los cuerpos de los 150 ocupantes del vuelo de la compañía Germanwings, todos ellos fallecidos.

Los gendarmes tratan también de establecer una vía terrestre, pero la orografía y el clima juegan en su contra. El terreno escarpado hace prácticamente imposible que se allane el camino para la llegada de vehículos, la única forma que tendrían de sustituir a los helicópteros.

De lo contrario, hacen falta muchas horas de duro camino en un terreno húmedo y resbaladizo, solo propicio para los especialistas.

Por eso, han sido los helicópteros los que han mantenido el contacto entre el recóndito lugar del macizo de los Trois-Évêchés.

Hasta allí han llevado a gendarmes encargados de asegurar la zona, a forenses para identificar restos humanos y a investigadores de la Oficina de Investigación y Análisis (BEA) en busca de elementos esclarecedores.

Todos los ojos buscan la segunda caja negra, la que graba los datos del vuelo, de la que encontraron la carcasa pero no su contenido. La primera, hallada el martes, tiene las conversaciones de la cabina, que están ya en posesión del BEA.

Será un trabajo lento, laborioso, que no dará resultados inmediatos. Los responsables piden paciencia.

También comienzan a identificar los restos de los fallecidos, aunque por el momento estos no han sido trasladados del lugar del accidente, algo que se hará en los próximos días.

VECINOS DEL LUGAR. Los vecinos del normalmente apacible valle del Ubaye viven entre la desazón del accidente y el deseo de ayudar. Muchos son los que se dicen listos para recibir en sus domicilios a las familias de los fallecidos, que tienen previsto llegar a partir de mañana en dos vuelos fletados por Lufthansa, propietaria de Germanwings, uno desde Barcelona y otro desde Düsseldorf.

Se esperan a unas 400 personas en el lugar. Una capilla ardiente ha sido montada en un gimnasio cercano al lugar de la catástrofe para que los familiares puedan velar a sus allegados.

Las autoridades han previsto un gimnasio en Digne-les-Bains para acoger a 800 personas y los municipios también han puesto a su disposición otros albergues. Traductores, personal sanitario y psicólogos los ayudarán en todo lo que necesiten.

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