CRÓNICA. Un fin de semana que ardió por todo un año

Mientras la lluvia ayuda a eliminar el peligro en núcleos poblados, la Xunta detalla que en los últimos días se quemó más que en 9 meses
El campanario de la iglesia San Cristovo de Cea, ante el paisaje calcinado por los incendios forestales
photo_camera El campanario de la iglesia San Cristovo de Cea, ante el paisaje calcinado por los incendios forestales

La autorización por parte de los juzgados de Ribadavia y Vigo para el entierro de los cuerpos de Marcelino Martínez y Alberto Castromil, los fallecidos en Carballeda de Avia y en la parroquia viguesa de San Andrés de Comesaña —dos de las cuatro víctimas mortales atribuidas a la ola de incendios del fin de semana—, parece marcar un signo de puntuación en la catástrofe.

Los datos muestran que, en un solo fin de semana, la superficie abrasada por las llamas superó las 11.500 hectáreas que habían ardido en los nueve primeros meses de 2017, según afirmó la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, en su comparecencia este martes en el Parlamento autonómico.

Aunque todavía con cifras sin precisar, el balance deja lejos el listón que la propia Vázquez fijaba al comienzo de la campaña de fuegos de verano, cuando marcó como objetivo reducir la extensión quemada por debajo de las 15.000 hectáreas. Allí también indicó que, en la última década, hubo una media de 13 incendios con alerta de nivel dos por amenaza a núcleos poblados. Durante la noche del domingo al lunes de esta semana, esta situación estaba decretada en 17 parroquias gallegas.

En conclusión, las estadísticas de incendios de Galicia batirán la marca del curso pasado, cuando 21.112 hectáreas quedaron reducidas a cenizas. Una cifra que, de por sí, suponía un incremento de casi el 80% respecto a la de 2015 y que era más de diez veces mayor que la de 2014.

Por otro lado, Vázquez puso números a la oleada incendiaria: un total de 273 focos que tuvieron su fase crítica entre las 20.00 horas y la medianoche del domingo, cuando se detectaron hasta 96 de ellos. Por provincias, 52 del total ocurrieron en Pontevedra. "Nun verán complicado o número de incendios que se produce está entre 40 e 50 por día", aseguró la titular de Medio Rural.

La Consellería de Medio Rural afirma que entre las 20.00 y la medianoche del domingo se registraron un total de 96 incendios

Otro aspecto destacado por Vázquez fue el saldo de daños materiales, que cifró en una vivienda habitada en la provincia de Lugo, cinco en Ourense —tres de ellas, habitadas—, y 20 en Pontevedra —16 habitadas—. Aparte de esto, dos alpendres, un pajar y dos vehículos en Lugo; un galpón y dos vehículos en Ourense, y otros seis vehículos y siete naves en Pontevedra —dos de madera, una de distribución de bebidas, una de almacenamiento de material de construcción y tres de ganado—.

Es una relación que palidece, en cualquier caso, ante las cuatro pérdidas humanas.

RESPIRO Y TENSIÓN. Entre tanto, la paulatina bajada de temperaturas y el efecto de las precipitaciones siguió siendo de gran ayuda para el dispositivo contraincendios, que en muchos puntos centró su tarea en vigilar que las llamas no volvieran a brotar. Así ocurría con el cuerpo de bomberos que seguía presente en el concello ourensano de Carballeda de Avía, calcinado en cerca de tres cuartas partes de su superficie, o en el municipio pontevedrés de As Neves, donde el fuego arrasó el 90% de su territorio, según las autoridades locales.

De este modo, el sur de Pontevedra se recupera poco a poco del horror. La situación es semejante en varios de los municipios ourensanos más afectados por la ola de incendios, que acogieron con alivio la desactivación de la alerta dos. El alcalde de Paderne de Allariz, José Manuel Fernández Gómez, confirmó que los vecinos habían podido regresar a sus hogares y que servicios como el de la luz estaban restablecidos. También pudieron retornar a sus casas los evacuados en Boborás y Paradas de Sil.

Mientras, los equipos técnicos de Telefónica proseguían el martes con la reparación de las instalaciones perjudicadas por el fuego y que han ocasionado problemas a unos 8.000 clientes en Galicia. Confían en que el servicio esté completamente restablecido al concluir esta jornada. Es el signo de un lento retorno a la normalidad que tiene otros exponentes llamativos. Los catorce monjes del monasterio de Oseira, en San Cristovo de Cea, regresaron en la tarde de este martes a sus celdas después de que las monjas del convento de Ferreira de Pantón tuvieran que acogerlos desde el domingo. Y en Ourense arrojó el martes valores normales en calidad del aire, cuando el lunes llegaron a duplicarse los estándares de referencia debido al humo.

El delegado del Gobierno pide ayuda a la ciudadanía para detener a los culpables y dice que se analizan todos los datos "intensamente"

Sin embargo, dibujar un panorama de reparación de la normalidad sería engañoso. A la entrada de la noche, 16 incendios permanecían activos en la comunidad, con otros ocho sin alcanzar todavía la categoría de controlados. El corazón de Os Ancares sigue atrapado en una situación dramática. La parroquia de Donís, en Cervantes, que arde desde la noche del pasado jueves, el martes concentraba la atención de los medios antiincendios junto con la cercana localidad de Noceda. Dos secciones de la Unidad Militar de Emergencias, compuestas por un centenar de soldados y tres motobombas, se desplazaron para colaborar en las labores de extinción en los concellos de Cervantes y Negueira de Muñiz. Tampoco mejora el estado de los fuegos que arden descontrolados en diez parroquias ourensanas —en Paderne de Allariz, Baños de Molgas, Lobios, Melón, Maceda, Esgos, Motederramo y Xunqueira de Espadañedo— y en cuatro de Pontevedra —en Ponteareas, Nigrán, Salvaterra de Miño y Fornelo de Montes—.

La intensidad de esta lucha contra el fuego se evidencia en que, de los cuatro brigadistas que habían ingresado el lunes, dos seguían en observación por intoxicación por humo en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, y otras treinta personas recibieron asistencia en la provincia por problemas sanitarios derivados de los incendios forestales. En las camas del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña y del Hospital Povisa en Vigo permanecían otros tres heridos por quemaduras.

INVESTIGACIÓN POLICIAL. Aunque el discurso oficial recalca que la prioridad es proteger a los afectados y apagar el fuego, la investigación policial para dar con los presuntos autores de unos incendios que la Xunta considera intencionados "ao 100%" continúa evolucionando. Los primeros indicios de los que dispone la Guardia Civil corroboran en parte esta premisa, según indicaron desde el instituto armado, que matiza que, si bien las pesquisas se hallan en una primera fase, además de la intencionalidad se han constatado casos de fuegos aislados accidentales.

Sea como fuere, las indagaciones de los diferentes cuerpos de seguridad estrechan el cerco sobre los supuestos responsables del desastre. La Policía Nacional ha identificado en Lugo a una persona por los incendios en la zona de As Gándaras y en el entorno del Hospital Universitario Lucus Augusti. Fue interceptado en las inmediaciones del centro sanitario y se investiga si tuvo relación con ellos, aunque no está detenido. De hecho, el único arrestado, en prisión provisional, está en Ponferrada: un hombre de 40 años acusado de originar seis focos a primera hora de la mañana del lunes en el municipio leonés.

A fin de facilitar el progreso de las investigaciones, el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, pidió a la ciudadanía que "denuncie y aporte pruebas" y cualquier testimonio que pueda llevar a detener a "los culpables", de los cuales apuntó que "hay varias personas identificadas".

La comisaría de Policía de VigoRedondela, área donde se produjeron la mayoría de identificaciones, se tomó al pie de la letra el mensaje de Villanueva y ha habilitado una cuenta oficial de correo electrónico, [email protected], para que los ciudadanos aporten cualquier dato al respecto.

Esta concienciación ciudadana dio sus frutos en Salceda de Caselas, donde un vecino informó a la Guardia Civil del hallazgo de un posible dispositivo incendiario compuesto por un haz de seis globos de helio de los que pendía una bengala de las que se usan habitualmente en las fiestas particulares y que, una vez prendidas, "desprenden luminiscencias de escasa capacidad calorífica". La Benemérita analiza si fue usada para desencadenar un incendio.

Pero las tesis del Gobierno central y la Xunta no cuentan con un respaldo unánime. La Organización Galega de Comunidades de Montes Veciñais en Man Común criticó que "todas las investigaciones e informes de la Fiscalía" apuntan a "la inexistencia" de un "complot". Fuentes de la investigación consultadas por Efe no descartan ninguna hipótesis y afirman que las evidencias sugieren que el móvil de los incendiarios fue "causar el mayor daño posible". Defienden así la presencia de varios autores que actuaron de forma muy organizada, pero está prácticamente descartada la teoría de la red criminal. Con todo, cabe mencionar que el 94% de responsables de fuegos opera en solitario en Galicia y "sin cómplices", de acuerdo con el estudio realizado por la Fiscalía Superior a raíz de la ola de incendios del año 2006.

Comentarios