Un grupo de investigadores de la Universidad de Oviedo y del centro de Experimentación Pesquera del Principado han logrado describir el efecto que el sistema de corrientes marinas, y concretamente el fenómeno del afloramiento, ejercen sobre las larvas del percebe en la costa Cantábrica. Los científicos constataron desplazamientos de decenas de kilómetros realizados por las larvas del percebe, desde el lugar que nacen hasta el punto donde lo extraen los mariscadores.
El trabajo, que se ha desarrollado como parte de la tesis de Antonella Rivera dirigida por el profesor José Luis Acuña, recoge dos años de investigaciones tomando referencias y datos gracias a un correntímetro instalado junto al puerto de Cudillero. Las consultas de pruebas genéticas realizadas por otros equipos de investigación a ejemplares recogidos en distintos puntos de la costa y el estudio de las series de vientos registradas por Aemet han permitido además constatar desplazamientos de decenas de kilómetros de las larvas de percebe desde el lugar donde nacen hasta el punto donde se fijan a la roca. El estudio, publicado en la revista Plos One, ha confirmado que el fenómeno del afloramiento costero, un sistema de corrientes que enriquece la costa con aguas frías y cargadas de nutrientes, juega un papel clave en estos desplazamientos.
En primavera y verano las altas presiones generan vientos de componente este en el Cantábrico. Estos vientos son favorables a los afloramientos, ya que al desplazar el agua costera superficial hacia el interior del océano, se crea un vacío en su lugar de origen que es reemplazado por aguas más profundas y frías, ricas en nutrientes. Cuando la influencia es de las bajas presiones, dominan las componente oeste y sur, que favorecen el efecto contrario, es decir, el apilamiento de agua superficial contra la costa.
