Un catalán en Santiago

FRANCESC HOMS, consejero de Presidencia y portavoz de la Generalitat, fue coherente en su discurso en Santiago. Si desde CiU se pronunciaron repetiadas veces, y con algo de desprecio en ocasiones, para que se paralizaran las obras del Ave a Galicia, Francesc Homs mantuvo la misma posición ayer en Galicia y la justificó por aquello de priorizar inversiones en período de crisis. Valoremos el gesto en positivo. El contenido es otro asunto. No es cuestión de aplaudir que se siga negando el pan y la sal a Galicia. La amistad tradicional del nacionalismo gallego con el catalán debería pasar por el diván del psicoanalista. Si se trata de dar consejos para prioridad de gasto o inversión, quizás debería el señor Homs empezar por el gobierno del que forma parte. No parece que Cataluña, al margen de las campañas político-mediáticas del nacionalismo de raíz centralista, sea un modelo a seguir en la priorización de objetivos en estas circunstancias económicas, ni en racionalización del gasto público ni en tasas de endeudamiento. Por racionalidad, y no por esa solidaridad idílica a la que se recurre en exceso, hay que decir que antes de cortar la inversión en el Ave a Galicia hay partidas en los Presupuestos del Estado y autonómicos para meter la tijera con racionalidad y priorización del gasto.

OPTIMISMO

Los empresarios gallegos manifiestan unas expectativas de resultados más optimistas para este año que la media de los españoles. También las expectativas de venta son mejores que la media española. El dato está en un estudio de las Eurocámaras que en España incluye a 4.211 empresas, de las que 205 son gallegas. No sabemos cuál es la base del optimismo pero bien está que de esas 205 empresas salga ese dato optimista para la evolución de este año.

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