Todas las pesquisas siguen pasando por el teléfono móvil

Un año tras la sombra de la desaparecida Diana Quer

Se cumple el primer aniversario de la misteriosa y mediática desaparición de la joven madrileña en A Pobra do Caramiñal ► El caso está archivado provisionalmente en los juzgados, pero los investigadores de la Guardia Civil no descansan en la búsqueda

La noche de este 21 de agosto, A Pobra do Caramiñal será un pueblo en fiestas, inmerso en el cierre de las celebraciones en honor de la Virxe do Carme dos Pincheiros. La música de la verbena se fundirá con la algarabía procedente de la feria, con el estallido los fuegos artificiales. Sin embargo, hay una sombra que marcará inevitablemente el transcurso de los festejos. Puede manifestarse en un consejo extra de precaución antes de salir de casa, en un mensaje para comprobar que todo sigue en orden, en una mayor atención sobre a la hora a la que regresa a casa la niña, en un recordatorio de quienes se cruzaron con la desaparecida en este lugar a esta misma hora, en una alusión envenenada de humor negro, también inevitable.

En la noche del 21 al 22 de agosto se cumple un año de la desaparición de Diana Quer en A Pobra do Caramiñal. Desde que se le perdió la pista cuando dijo marcharse a casa sobre las 02.30 horas no se han vuelto a tener noticias de su paradero, más allá de que la geolocalización de su smartphone describe un trayecto que va a parar al puente de la AG-11, a cuyos pies se recuperó el dispositivo el pasado octubre, cerca del puerto de Taragoña, a unos 15 kilómetros del punto de partida y muy deteriorado por la acción del agua y la sal.

El reciente desbloqueo del teléfono móvil de Diana no ha hecho que, por el momento, trasciendan avances en la labor policial


El iPhone 6 de Diana es la única pista material confirmada por los investigadores acerca de lo ocurrido. Su reciente desbloqueo abrió una nueva puerta a la esperanza de la que, por ahora, no ha trascendido fruto alguno, aparte de la práctica de nueva batida en Ribeira que provocó ciertos roces entre Policía Nacional y Benemérita por cuestiones de autoridad.

Sin cuerpo, sin testigos, sin sospechoso. Judicialmente, la causa de la desaparición de la joven madrileña, que tenía 18 años en el momento de los hechos, se encuentra sobreseída provisionalmente por orden del titular del juzgado de instrucción número uno de Ribeira, Félix Isaac Alonso Peláez, bajo el argumento de que no existen indicios para dirigir el caso frente a alguna persona determinada y con el objetivo de no dilatar los plazos de investigación.

No obstante, no es un asunto que se dé por cerrado. Las pesquisas siguen su laborioso curso y cualquier nuevo dato puede reactivar el proceso penal. Fuentes de la Guardia Civil reiteraron a AGN que nunca se ha dado el caso por perdido y que se continúa trabajando en su esclarecimiento con todos los medios posibles. Pero no hay novedades. Una de las cuestiones en las que insistieron los agentes durante los primeros meses es que, por su complejidad, los casos de desaparición manejan unos tiempos difíciles de conciliar con la sociedad de la inmediatez, marcada por el consumo urgente y constante de nuevos estímulos. El viernes se cumplieron siete años desde que Sonia Iglesias falta en Pontevedra. Su caso se archivó en 2015, aunque se sigue investigando. Cientos de personas se manifestaron para que su ausencia no caiga en el olvido. Hoy, Diana López Pinel, la madre de Diana, todavía conserva intactas las esperanzas de volver a abrazar a su hija.

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