Un amor de titanio

Los parameses Baltasar Teijeiro y Amelia López celebraron sus bodas de titanio tras siete décadas de matrimonio, en las que "nunca" discutieron. Su historia comenzó en unas fiestas y, tras un cortejo de cerca de dos años, se casaron "casi ilegalmente"
El matrimonio posa con la foto de su boda
photo_camera El matrimonio posa con la foto de su boda

Es habitual encontrarse a matrimonios que celebran sus bodas de plata o de oro, pero no a parejas que llevan casados nada más y nada menos que siete décadas. Es el caso de los parameses Baltasar Teijeiro Zolle y Amelia López Castaño, de la Casa Pontón de A Laxe, en la parroquia de Santa Mariña de Adai, quienes acaban de celebrar sus bodas de titanio.

El matrimonio se vio por primera vez en Portomarín, a pesar de que sus viviendas se encontraban separadas por muy pocos kilómetros de distancia, pues ella es natural de Friolfe y él de A Laxe, ambas localidades pertenecientes al ayuntamiento de O Páramo.

Desde aquella primera vez no se volvieron a encontrar hasta unos años después. "A ela daquela morréralle o pai e non volveu saír. E cando volveu ir ás festas, volvemos vernos", afirma Baltasar Teijeiro, quien recuerda con una memoria envidiable cuando conoció a la que poco después se convertiría en su mujer.

Con 18 años se reencontraron en las fiestas de San Xoán de Friolfe. "Vímonos alí e comezamos a falar. E empezamos, como se facía daquela, o cortexo", cuenta el paramés. Cerca de un año y ocho meses después de aquellas patronales de Friolfe, el 7 de febrero de 1945, se casaron en la iglesia de esta última parroquia.

SERVICIO MILITAR. Su boda se celebraría "casi ilegalmente", apunta uno de los nietos de la pareja. Según explica Baltasar Teijeiro, la ceremonia tuvo que organizarse de noche porque él se encontraba librando del servicio militar por tener que cuidar de su padre enfermo, por lo que no podría casarse en aquel momento.

Para la ceremonia, ella llevaba un vestido negro y él un traje "de estrea". "Daquela non era de branco como ocorre coas vodas de agora. Era negro todo", afirma el hombre. Aquel día no pudieron tomarse una fotografía de recuerdo, pero sí lo hicieron unos meses después con la misma ropa de la ceremonia y que hoy guardan con cariño.

Tras la boda, organizaron una cena en el domicilio de Amelia López, conocido como Casa do Veiga de Guisande. Posteriormente se fueron a vivir a la vivienda de la familia de él, a Adai. "Non houbo lúa de mel nin nada. Aqueles eran anos moi malos, pois era despois de acabar a Guerra Civil", apunta el hombre. Este tiene 90 años, la misma edad que su esposa, quien sufre demencia.

BALANCE. Desde aquel 7 de febrero pasaron 70 años, en los que "nunca" discutieron. "Que se fai con rifar? Nada!. Matrimonios que se levaran coma nós hai poucos", asegura con orgullo Baltasar Teijeiro. Para él, estas siete décadas fueron "moi ben, aínda que é fastidiado desde hai cinco anos porque ela ten demencia".

Los parameses trabajaron toda su vida en el campo, aunque él también se dedicó a la carpintería y a recoger leche por las explotaciones. La pareja tuvo una hija, quien reside en Madrid, y un hijo. Además, cuentan con cinco nietos y ocho bisnietos. Con su hijo, su nuera y un nieto la pareja reside en Santa Mariña de Adai.

Con parte de su familia conmemoró sus bodas de titanio, fiesta en la que, por supuesto, no faltó una tarta y soplar las velas. Ahora el matrimonio piensa en celebrar juntos "outros 70 anos".

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