LOS APROVECHAMIENTOS del monte son muchos y muy variados. Cualquier persona que viva en el rural sabe que este es, desde siempre, una fuente inagotable de recursos de supervivencia, que muchos lograron convertir también en un generador de ingresos.
Si antes los tojos eran una materia valiosa para estrar las cortes o encender la lar, en el tiempo de los robots de limpieza y de las estufas eléctricas son la biomasa y las plantaciones arbóreas, con predominancia del pino y del eucalipto, las fórmulas escogidas por aquellos que ya no precisan la tierra para labrar.
Y eso es solo una pequeña parte de lo que los montes pueden dar de sí. La miel, las setas o los frutos de la temporada son algunas de las muchas posibilidades que ofrecen, tal y como se constató en una mesa redonda promovida en Guitiriz por El Progreso y la Diputación de Lugo.
