Tutor admitió pagos al ''máximo responsable'' del Concello y luego se desdijo

Tutor se cubre la cabeza tras prestar declaración ante la jueza. (Foto: AEP)
photo_camera Tutor se cubre la cabeza tras prestar declaración ante la jueza. (Foto: AEP)

Cuatro horas después de un interrogatorio en el que hubo tensión mientras se escuchaban conversaciones grabadas, humor por los motes de los protagonistas y hasta sorpresa al conocer los nombres de algunos detenidos en la operación Pokemon. el delegado en Galicia de Vendex, José María Tutor, confesó lo que la jueza Pilar de Lara estaba esperando, que en Lugo se abonaban 3.500 euros al mes en sobornos a cuenta de los beneficios de Doal, la empresa del grupo que gestiona el sistema Ora en la ciudad.

La amenaza del fiscal de pedir su prisión incondicional hizo reflexionar a Tutor, aunque tras admitir ante sus preguntas que parte de los pagos que hacía su empresa eran para «el máximo responsable» del Ayuntamiento de Lugo, así como para Francisco Fernández Liñares y Javier Reguera, minutos después se desdijo cuando la jueza le interpeló sobre si hubo pagos a José López Orozco.

El autor de los motes acertados, pero inocentes

  • José María Tutor bautizó con motes a muchas de las personas con las que trataba y que aparecen en la investigación. La jueza, nada más iniciar el interrogatorio, le preguntó por la autoría de unos sobrenombres que calificó de acertados, pero inocentes, «porque enseguida nos hemos dado cuenta de sobre quienes estaban hablando», comentó.
Justifica los regalos porque ''de bien nacidos es ser agradecido''

Además de los 3.500 euros que Tutor admitió que Vendex pagaba en sobres en Lugo, el delegado en Galicia de este grupo que controla varias concesiones públicas en España reconoció ante la jueza como algo normal los regalos a políticos y funcionarios de estas administraciones en pago por los favores recibidos. «De bien nacidos es ser agradecidos», dijo tras admitir que se le regaló un reloj Rolex al entonces alcalde de Ourense Francisco Rodríguez, «Si nosotros molestamos con asiduidad a determinadas personas, en Navidad nos gusta acordarnos de ellos», añadió. Incluso llegó a definir las prebendas como una «relación empresa-cliente», a pesar de que la jueza le recordó que estaban hablando de contratos públicos. 

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