La Torre dos Andrade de Vilalba se quedará sin hiedra

El Instituto de Turismo de España (Turespaña) proyecta retirar antes de final de año la hiedra que cubre uno de los laterales de la Torre dos Andrade. Este torreón medieval, que ahora alberga parte de las dependencias del Parador de Turismo de Vilalba, es uno de los elementos patrimoniales más significativos de la capital chairega.

La actuación programada por Turespaña en este emblemático edificio vilalbés, y para cuya ejecución ya ha pedido la pertinente licencia de obra al gobierno local, se antoja como un paso previo necesario para acometer las obras de reparación de unas piedras dañadas en la estructura del torreón y que están cubiertas por esta frondosa hiedra.

El Instituto de Turismo de España, que ya cuenta con un proyecto para acometer este trabajo tan pronto como obtenga la pertinente licencia de obra municipal, avanzó que el presupuesto global de la obra proyectada asciende a 55.500 euros, según informó Francisco Rivero, de Turespaña, quien agregó que los trabajos que están previsto realizar en la estructura exterior de la Torre dos Andrade ya están adjudicados a una empresa.

La intervención que tiene previsto realizar en los próximos meses Turespaña en una de las dependencias de la sede del Parador de Turismo de Vilalba responde a la decisión consensuada por los técnicos del ente público que visitaron este emblemático edificio de la capital chairega pocos meses después de que el fenómeno climatológico bautizado como Klaus provocara diversos desperfectos en la estructura del torreón en enero.

El origen del problema parece residir en que la frondosa hiedra soporta entre sus talludas ramas diversas piedras, por lo que su recolocación en la pared de la torre o su sustitución por otras piezas similares requiere retirar antes la vegetación que cubre casi por completo varios laterales de este torreón de estructura octogonal, una característica arquitectónica que lo hace único en España.

Cambio de imagen
La extracción de la hiedra de los muros de la Torre dos Andrade se antoja, no obstante, como una labor preventiva para evitar que la vegetación dañe la estructura del inmueble, cuyos muros tienen un grosor de casi tres metros, según indicaron diversas fuentes, que también precisaron que la desaparición de esta hiedra provocará un importante cambio de imagen en el edificio y en su entorno.

Los técnicos sopesaron al principio sustituir la hiedra actual por la primitiva, pero al final descartaron cualquier revestimiento.

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