Túnez detiene a nueve personas y trata de blindarse contra el yihadismo

La Policía tunecina avanzó este jueves en la investigación para desmantelar la célula yihadista que el miércoles mató a 18 turistas extranjeros en un atentado que ya ha sido reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI).

La indignación por lo sucedido y por el objetivo elegido por los terroristas -la industria turística, clave para la estabilidad democrática y la recuperación económica del país- se mezclaba hoy con un sentimiento de pesimismo en la capital tunecina.

Fuentes de Seguridad confirmaron a Efe que se han practicado nueve detenciones y que se interroga a cuatro personas por su presunta participación en los hechos y a otras cinco por haber dado apoyo y cobertura a la célula.

Los agentes no descartan que los terroristas tuvieran apoyo logístico del grupo yihadista local Ansar al Sharia, que tiene sus bastión en la región de Kasserin, una zona abrupta y montañosa pegada a la frontera con Argelia.

Allí, a mediados del pasado mes de febrero, un grupo de terroristas abrió fuego contra un puesto de control de la Guardia Nacional y mató a cuatro agentes.

Desde entonces, la Policía y el Ejército tienen abierta una gran operación para capturar a los autores y controlar un territorio de unos cien kilómetros cuadrados de exclusión militar donde se concentran yihadistas provenientes de varios países del Sahel.

El mismo miércoles, el padre de uno de los presuntos terroristas abatidos explicó que desconocía el paradero de su hijo y que creía que había viajado a Irak y Siria para sumarse al combate del autodenominado Estado Islámico.


Ante esta situación, el gobierno convocó una reunión especial de Seguridad para implantar nuevas medidas que blinden el país y eviten los efectos nocivos del islamismo radical, principal amenaza para la nación que mejor ha sabido salir de las denominadas primaveras árabes.

Túnez es el país que más yihadistas ha exportado a Siria e Irak, unos tres mil voluntarios según fuentes de la lucha antiterrorista, y su regreso al país es una de las principales preocupaciones del recién estrenado primer gobierno posterior a la transición.


DOS ESPAÑOLES FALLECIDOS. Mientras la investigación avanza, los expertos forenses tratan de identificar los cadáveres de los turistas muertos.

Fuentes médicas indicaron a Efe que ya se conoce la identidad de doce de los turistas de media docena de nacionalidades que murieron en el ataque, entre ellos la de dos ciudadanos de Colombia y dos jubilados españoles.

Los hijos de estos últimos llegaron hoy a Túnez y ya confirmaron la muerte de sus progenitores, que se encontraban disfrutando de un crucero por el Mediterráneo regalo de su familia para celebrar sus bodas de oro.

Uno de los hijos dijo hoy a Efe, al salir de la identificación, sentir "mucho dolor" por lo sucedido, antes de agradecer el trato y las gestiones de la embajada y del Gobierno español, que ha enviado un avión a Túnez para acelerar la repatriación de los cadáveres.

En ese aparato también viajarán con toda probabilidad Cristina Rubio y Juan Carlos Sánchez, una pareja de Valencia (España) protagonista de la buena noticia del día.

Ambos estaban desaparecidos desde el momento del ataque y pasaron 24 horas escondidos hasta que esta mañana cuando fueron hallados en una de las estancias del museo por agentes de seguridad, según adelantó Efe.

Ninguno de los dos estaba herido, pero ambos fueron trasladados a un hospital para una evaluación médica rutinaria, ya que la joven se encuentra embarazada de cuatro meses.

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